El Vapor Libertad. (II Parte)
Cronista: Gabriel Chávez Rameño
En la mañana del sábado 16 de septiembre de 1884, celebrando un año más de la Independencia de nuestro país, el Vapor Libertad se engalanó con la presencia del Presidente de México, Don Porfirio Díaz y su señora esposa Doña María, así como el General Ramón Corona y su familia, además de los cónsules norteamericanos Philips y Nicolson y el francés La Falleth, quienes desbordaban la pompa de la sociedad.
El Vapor Libertad engalanado con su color blanco y azul, en la parte inferior, en las terrazas colgados alrededor banderines en forma de triángulos multicolores y en la proa la bandera de Francia a la izquierda, a la derecha la bandera de los Estados Unidos y al centro la bandera de México.
La música empezó a tocar y en punto de las nueve de la mañana el Vapor Libertad inicio su recorrido, al pasar por El Fuerte hizo sonar su silbato y los recibieron con cohetes y “vivas” para el presidente Díaz, en el desayuno todos contentos disfrutaban de una mañana muy fresca.
El recorrido transcurrió sin contratiempos y al llegar a Chapala los esperaban ya en el Hotel Nido, donde la comida se servía sin demora, la música refrescaba el ambiente y las autoridades contentas y felices disfrutaban el evento, en la Plaza principal de Chapala la verbena popular estaba al borde y todo era alegría y felicidad.
El Vapor Libertad ese día no vio acción, ya que los paseantes se quedaron en Chapala para disfrutar las fiestas de la independencia, al día siguiente en Vapor Libertad ya estaba a punto para partir y seguir agasajando a los paseantes quienes hicieron el recorrido rumbo a Jocotepec y cuando pasaban por la poblaciones ribereñas hacía sonar el silbato para que la gente saliera a su encuentro y saludara a los invitados de honor.
Fue un fin de semana inolvidable y que jamás se volvería a repetir, por lo menos en el Vapor Libertad que dentro de los siguientes ocho meses no contaba con el fin estaba cerca.
Posterior a ese recorrido de festejos, el Vapor Libertad continuó con sus recorrido habitual Ocotlán-Chapala, para de ahí parar en la Cristina cerca de San Juan Cosalá para surtirse de carbón continuar rumbo a Jocotepec o de ahí cruzar rumbo a Tuxcueca para volver a Chapala y regresar a Ocotlán.
Para 1885 en pleno inicio de la primavera, los aires cuaresmales hicieron un mal presagio en la navegación de la ribera de Chapala, en el mes de marzo de ese año, los fuertes vientos hicieron mella en el Vapor Libertad, que al estar anclado cerca del muelle en Ocotlán, hicieron que se golpeara contra los muros de contención lo que provocó que se inundara y que jamás el Vapor Libertad volviera a surcar las aguas del Lago de Chapala.
Posteriormente ve la luz el nuevo y brillante Vapor Corona, que ya hablaremos de él en próximas ediciones y tendría que pasar más de cien años para que una nueva embarcación de esas magnitudes volviera a pasear por las aguas de nuestro hermoso lago.
La navegación de antaño en el lago de Chapala era importante para el desarrollo económico de la región y además las aguas eran profundas y limpias, da tristeza ver como los políticos han terminado con esta maravilla natural, criticando al presidente Díaz quien en verdad se preocupo mucho por mantener vivo el lago e impulsarlo para que fuera un destino turístico de primer nivel.
Imaginar la vida de aquellos años, es un placer del cual no debemos rechazar.
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