El milagro de la aparición de la Virgen de Guadalupe o Tonanzin, “Nuestra Madre”, al indio Juan Diego, fue la muestra de la esperanza que tenían los pueblos indígenas de rescatar algo que fuera de ellos
Por el Cronista: Gabriel Chávez Rameño
Este 2015 es un año muy importante dentro de la historia y la fe Guadalupana. Desde el inicio del fervor Guadalupano en la ribera, la fe fue un pilar fundamental en la creencia y evangelización de los pueblos indígenas del cacicazgo de Cutzalán. Los frailes utilizaban la figura de la Madre de Dios para conmover a los indígenas y poder llegar a ellos. En un inicio, utilizaban la imagen de Nuestra Señora de la Limpia Concepción, imagen que se encontraba en los hospitales de indios y era ahí en donde las personas concurrían a rezar y hacer oración.
Años más tarde, después de la conquista española de 1521, la tiranía de algunos españoles y su ambición llevaron a una sobreexplotación de los pueblos indígenas, mismos que habían perdido sus tierras, su origen, su fe y dignidad. El milagro de la aparición de la Virgen de Guadalupe o Tonanzin, “Nuestra Madre”, al indio Juan Diego, fue la muestra de la esperanza que tenían los pueblos indígenas de rescatar algo que fuera de ellos. Recordemos que fueron varios los días de apariciones y pedimentos cuando se consuma la misión de Juan Diego.
Precisamente, un sábado nueve de diciembre, cuando el indio Juan Diego camina rumbo a Tlatelolco en el llano del Tepec, cerca de donde se veneraba a la madre de la tierra y la vida Coatlicue Tonanzin, y se escucha el canto de pájaros y en ese momento, la Virgen de Guadalupe se aparece a Juan Diego. Coincidentemente con el octavo sábado de adviento día de la Inmaculada Concepción. Por lo que de ahí se le llamo Tonanzin Guadalupe “madrecita o nuestra madre Guadalupe”.
Y fueron los días sucesivos hasta el 12 de diciembre de 1531, cuando en la Tilma de aquel humilde indio queda plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ahora, coincidiendo con la finalización del ciclo de la vida de la cultura azteca y maya, finalización de su calendario de 52 años e iniciando la renovación de los ciclos con el año 13-caña, que simbolizaba “algo nuevo inicia de la sabiduría celestial”. Coincidiendo también con la alineación celestial y con un eclipse solar, los sabios indios tenían pronosticado un cambio en la fe y la espiritualidad del pueblo mesoamericano. Las profecías maya y azteca así lo marcaban, todo se cumplía dentro del equinoccio de invierno.
Y para este equinoccio se esperan cambios. Nuevamente, las profecías suenan, y sin embargo, la fe en la Virgen de Guadalupe sigue firme. Ahora, 582 años después, y al final del ciclo en el calendario maya, se espera un nuevo cambio y nuevo giro en la vida de la sociedad.
Milagros, miles de milagros son los que la Morenita del Tepeyac ha cumplido a todos aquellos que han hecho de su fe su estilo de vida. Y en nuestra zona a muchas familias ha ayudado, a otros los ha puesto a salvo de peligros, como el caso del señor Justo Díaz, que por allá entre los 40s y 50s, estando en el cerro de leñador, al estar acomodando sus leños para hacer los racimos y así poderlos cargar, nunca se fijo que una víbora de cascabel se introdujo entre la leña. Al echársela al lomo y empezar a bajar, la víbora se molestó y le tiró tremenda mordida justo en el cuello. Esto hizo que al instante se dejara caer y quisiera correr. Al no poder más y pensar que era su inminente muerte, sólo se quedó tirado a un lado del camino. Se puso a rezar y pedirle con todo su corazón a la Virgen de Guadalupe, en su trance de ensueño y delirio, dijo haberla visto y que le había dicho que no se preocupara, que todo iba a estar bien. Al despertar al día siguiente, estaba en su casa. Lo habían encontrado tirado, y lo llevaron cargando, recuperado de la mordida de la víbora de cascabel. Después de esto, la familia ha visitado a la Morenita del Tepeyac cada año en agradecimiento de ese milagro y ahora los nietos hacen su peregrinar siguiendo la tradición con alegría.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala