Yomar Alejandra Sainz Villagomez, “Ale Fips”
Por: Ili
Yomar Alejandra Sainz Villagomez, “Ale Fips”, de Guadalajara, quien vivió la mayor parte de su vida en esta ciudad, casi 8 en el Distrito Federal y ahora en Manhattan, Nueva York, es quien se abre y me cuenta de la nostalgia que siente de su México querido y tan lejano.
Ale Fips comenzó a hacer teatro a los 8 años. Cuando cumplió 15, obtuvo el primer protagónico en el musical El príncipe Rana. A los 18, formó parte del proyecto musical de TV Azteca High School Musical, y después participó en Código Paranormal, una serie de LATV que estuvo al aire a nivel nacional en EEUU, y en Televisa en series como: Como Dice el Dicho y La Rosa de Guadalupe. Además hizo un largometraje a lado de Luis Fernando Peña y Gerardo Taracena “El Buchón”.
Actualmente, realiza teatro en la ciudad de Nueva York en el teatro experimental La Mama ETC. Pertenece a la compañía de teatro especialista en danza y marionetas LOCO 7, donde forma parte de los proyectos Adventures of Secuy and Boto y de Undefined Fraction.
Cuando le pregunté por qué había dejado México, lo primero que hizo fue renegarme con la expresión:
—¡Por favor! Ah, no —luego argumentó—: Porque tuve la oportunidad de ser parte de un proyecto en el cual termine siendo productora.
Con esto se le abrieron las puertas a La Mama ETC con la obra Judgment on a Gray Beach. Por este motivo, después se mudó a Los Angeles donde estudió en la escuela Stella Adler Academy of Acting.
Ale Fips comenta que ve a México desde afuera con nostalgia, admiración y orgullo, pero admite cada vez todo se pone peor, sobre todo por la violencia actual.
Si tuviera la oportunidad de regresar, principalmente lo haría para estar con “su gente”, que es lo que hace más difícil estar tan lejos. Extraña la comida y la calidez de la gente mexicana en general.
Vive México “de lejos”, hablando con cuanta persona la rodea con una gran sonrisa en la cara y llena de orgullo de su amado país, de su gente, los paisajes, la comida, costumbres, arte, cultura…
El mexicano que se siente como tal y se presenta con justa dignidad, no importa qué tan lejos de su país se encuentre, las circunstancias por las que se fue, las condiciones actuales presentes, lo que dejó, tiene y llegará a obtener. Siempre llevara a México a flor de piel. Lo bueno, la tragedia, lo folclórico y lo inevitable. Van con uno, se nace con ello.
México lo representamos todos. Reflejemos la imagen de lo grandiosa que es, y que podría ser aún más, esta nación.
Tuve la oportunidad de conocerla el año pasado, por medio de una amiga que tenemos en común. De ahí, lo demás ha sido una muy divertida historia. Conectamos no sólo por ser tapatías, sino porque tiene un carisma y una personalidad simplemente magnética.
Foto: cortesía.
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