Antecedentes de Michicihualli (Capítulo VIII)
Existe un texto de J. Jesús Gonzalez Gortazar titulado “Chapala el gran lago de Mexico” de la revista Aquellos tiempos de Chapala publicada por el Ayuntamiento de 1992-95. Pag. 7 dice: “Lo que si tiene rigor científico es que sus habitantes originales hablaban dialectos derivados del tronco yuto-azteca, con lo cual deducimos que estaban emparentados con los nahuas primigenios. Cocas y tecos, así como nahuas, fueron encontrados viviendo en sus riberas por los conquistadores y misioneros españoles. Por cierto aunque el idioma coca haya desaparecido por completo, dejó varias palabras que forman parte del patrimonio lingüístico de los tapatíos y de los jaliscienses en general: talache, mariachi, menguiche, joronchi, mamalonchi” (desde luego se cree que los vocablos michi y cihualli, “michicihualli” es de origen coca, recordando que los cocas vivieron en estas regiones anteriormente a la invasión azteca)
Hay cierta relación entre la mujer, la laguna y la luna, nótese que esta relación tripartita es femenina donde existe una relación en cuanto a sus ciclos de cada elemento, los cuales están estrechamente vinculados a la fertilidad, y relacionados con los efectos que ocasiona la luna llena sobre la marea de la laguna, y con los ciclos de la gestación de peces y de la fertilidad de la mujer. A mi particular punto de vista sería el origen del mito “michicihualli” michin-pez, cihualli-mujer o literalmente mujer pez, como espíritu de la laguna viviente. Este concepto “mitológico” fue la inspiración de la obra mural que realicé en el Centro cultural de Axixic, “El nacimiento de michicihualli” mural mitológico/histórico de esta región, donde la figura principal es una mujer indígena, que sale de las fauces de la deidad tlaloc por medio de un soplo acuático, predominando la simbología náhuatl e inaugurado oficialmente en el 2009.
Otro pasaje de J. Jesús González Gortázar del mismo texto en pag. 5 incluye una bella versión mitológica en relación a los fenómenos naturales que dice lo siguiente:
“La topografía es propicia para los vientos que soplan provenientes de todos los puntos cardinales: estas corrientes, según su punto de origen, son llamados: Mexicano, si viene del oriente; Guaracheño, si llega por el sudeste; Sur, viento que llega por el punto cardinal del mismo nombre (es el mas fuerte de todos); Colimote, del sudoeste; Abajeño, del occidente; Potrereño, del noroeste; Tapatío, del norte y Poncitleco, del noreste. Cuando estos vientos soplan con fuerza, particularmente el Mexicano y el Sur, ponían en serios predicamentos a los navegantes. Se decía que estaba enojada La Vieja Machis, que para algunos era una especie de llorona acuática.
En realidad este nombre viene de una corrupción lingüística de la palabra “Michicihualli”, es decir mujer-pez, deidad de la mitología prehispánica en cuyo honor se arrojaban a las aguas de nuestro querido Lago infinidad de pequeñas ollas, cuyo contenido en muchas ocasiones era sangre humana vertida durante sacrificios rituales de los aborígenes”.
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