Presidentes municipales y regidores con huaraches
Por: Antonio Flores Plasencia
Gobernar es un auténtico reto, sobre todo cuando las condiciones económicas en los municipios no son las mejores ni las más favorables, porque las administraciones que van pasado por ignorancia y corrupción en cualquiera de sus categorías van mermando la operatividad.
Al paso del tiempo vemos que cada decisión o acuerdo en el cabildo, tiene un impacto desgraciadamente negativo para nuestros municipios la mayoría de las veces. Esto viene porque nuestros cerros cada vez son más áreas urbanizables. Los argumentos son pleno desconocimiento sobre cuestiones ambientales que poco a poco las vamos convirtiendo en zonas de riesgo.
El geólogo Roberto Maciel, catedrático de la Universidad y en ese tiempo jefe del Departamento de Sismología, pronosticaba que de seguir con ese crecimiento sobre los cerros dañaría severamente al municipio en materia ambiental
Uno de esos problemas es la densidad poblacional y el impacto que ejerce al momento de irse autorizando nuevas zonas habitacionales se va desmontado y se van acabando con las cuñas naturales, por decirlo así, de lo que sostiene a los cerros. Maciel puso como ejemplo a San Juan Cosalá y Mezcala, pero los municipios de la Ribera tienen ese riesgo de constantes derrumbes.
Una de esas ocurrencias fue la de Arturo Gutiérrez y Gerardo Degollado, secundada por la de Jesús Cabrera, que permitió fraccionamientos como Las Cañadas en Ajijic, o el hotel que se construye en el cerro de San Antonio, que cada que volteamos es una patada en el trasero por nuestra pasividad.
La técnica era dejar hacer y dejar pasar. Se autorizaron como desarrollos campestres y después se hizo el cambio. Un regidor en ese tiempo dijo humildemente y casi con cara de arrepentimiento “nos vieron los huaraches”.
Por último, el puntillazo final se lo dio Chuy Cabrera, por supuesto, aprobado por sus regidores que se podría construir hasta la cota de 1,800 metros sobre el nivel del mar, considérese que el nivel más alto en la zona es de 2 mil quinientos metros sobre el nivel del mar.
Cerro en la población de San Antonio Tlayacapán. Foto: El informador
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