Enfermedades rebasan la salud pública
Gabriel Chávez Rameño
Nuestra sociedad está viviendo una fuerte crisis en materia de salud, principalmente en enfermedades que están en crecimiento total, son mortales y no respetan edad ni condición social… Bueno quizá sí se inclinan y atacan a las clases sociales vulnerables y de escasos recursos. Enfermedades como cáncer, deficiencia renal, diabetes y en general degenerativas, así como las de influenza, las nuevas como el dengue, chikungunya y zika que van en aumento en la población: niños, jóvenes y adultos. Desafortunadamente, vemos cómo cada día aumentan las personas enfermas en nuestras poblaciones.
Ahora cada nutriólogo o médico señalan de acuerdo a sus puntos de vista que “la carne de puerco es mala para la salud”. Otros aseveran que “la carne de res es malísima para nuestro organismo”. Muchos más hablan de la carne del pollo, por lo que les inyectan para su crecimiento y además de que el huevo es malísimo por el colesterol. Este tipo de comentarios los escuchamos todos los días, y ¿en realidad de lo que nos alimentamos, serán nuestros males? Quizá las personas de “antes” su alimentación era más natural: no tanta carne, más leguminosas y cereales, muchos elotes y garbanzos. En realidad, ¿qué daña a nuestros cuerpos? ¿Lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos o todo al mismo tiempo?
Otro factor y de acuerdo a la ciencia y las investigaciones, mucho se debe a los genes hereditarios que tiene cada individuo. Es decir, genes que heredamos y que se encuentran enfermos o contaminados. En realidad la especie humana está sucumbiendo a las enfermedades y peor aún que conforme evolucionamos nuevas enfermedades y virus aparecen en nuestro mundo.
En nuestros días, el aumento de enfermedades que se trasmiten por el piquete del mosquito es más común, y hay quienes creen que el origen de estas enfermedades y mutaciones se deben a los experimentos que hacen los países capitalistas y que lo generan para poder tener el mundo controlado. Se habla de las guerras biológicas, y que muchas de las mutaciones de las enfermedades las autorizan los propios gobiernos para que se desarrollen en sus territorios por amenazas o cobros de deuda externa. Además, no olvidemos que el negocio de la salud y medicamentos es muy lucrativo; hablaríamos de miles de millones de dólares en ganancias.
Por ejemplo, en el municipio de Jocotepec culpan del aumento en enfermedades cancerígenas al uso de los químicos que utilizan en la plantación de mora o frambuesa en la región. En el municipio de Atoyac se habla que desde hace quince años que se instaló un vivero de flora exótica, la población que ha trabajado ahí ha tenido descendencia con malformaciones y se ha aumentado el número de enfermos de cáncer y deficiencia renal, por la contaminación de las aguas que toman. En el municipio de Mazamitla pasa lo mismo por los huertos y químicos que se utilizan en la plantación de aguacates.
Coincidencia o falta de investigación y estudios por parte de las autoridades. Lo que es real es el aumento de enfermos y que el sector salud se encuentra rebasado en la atención y medicamentos. Los programas como el Seguro Popular, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado no alcanzan para cubrir a sus afiliados: gente pobre o de clase media a la que no le alcanza para pagarse estudios o medicamentos y que son capaces de esperar citas para revisión de hasta seis meses. Incluso, llega a haber pacientes que esperaran un año para ser atendidos.
Debemos ser cuidados en lo que comemos, bebemos y respiramos. El mundo está cada vez más contaminado y sucio. Hay cosas que sí podemos remediar, sólo falta que seamos empáticos con la naturaleza y nos activemos en conservar nuestro mundo.
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