El padre Beto es un fenómeno especial, ya que a quien se lo pide siempre le da una esperanza
Hugo Gustavo Zamora Medina (San Juan Cosalá.).- Se admira a la gente que ha formado parte de la vida de una persona durante 50 años, y la admiración crece si esa misión ha sido realizada en el desarrollo de la comunidad. En San Juan Cosalá estamos delante de alguien ante quien debemos quitarnos el sombrero. Ésa es la historia del Padre Adalberto Masías Llamas.
Originario del estado de Zacatecas, y ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Guadalajara en 1952, el padre Adalberto Masías Llamas llegó a esta población el 19 de marzo de 1966, e inició su misión sacerdotal y educativa. Después de ser párroco por 27 años, dejó como sucesor al cura Celso Manzano López, para dedicarse de lleno a su institución de “Niños y Jóvenes”.
El padre Masías, que todavía se emociona hablando del trabajo educativo y evangelizador, el 19 de marzo, pese a estar convaleciente después de estar en el hospital, celebró misa a las 12:00 por haber llegado aquí a San Juan Cosalá, en donde con su sencillez de vida nos lleva a reflexionar y descubrir una vez más la necesidad de ser testigos en la misión de hacerlo con entusiasmo y alegría.
Padre Beto dedica cariño y amor a su institución de “Niños y Jóvenes”, y a la población en general. Oficia misa en el internado a la 1:00 de la tarde para las personas de alrededor, y el domingo en la parroquia a las 9:00 de la mañana, así como el martes suple al señor cura en sus descansos y compromisos.
El padre Beto hace 50 años.
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