Servicio de taxis en la ribera es caro y malo
Por: Santiago Baeza
El servicio de taxis en la ribera de Chapala es caro y malo. Las tarifas “establecidas” de palabra y que no pasan por el taximetro a pesar de que la ley lo obliga son por mucho, más elevadas que las que se cobran en ciudades como Guadalajara o Puerto Vallarta y no hay autoridad alguna que intervenga para regular esta grave anomalía.
Al atardecer, es prácticamente imposible contar con este servicio, pues en básicamente todas las delegaciones del municipio de Chapala los taxistas se van a descansar, pues tienen horario de gringo jubilado. Y aunque el sistema de transporte público urbano, compuesto por líneas de primera y segunda clase (por cierto también más caros que los camiones de Guadalajara y Vallarta) también se suspende durante las noches, solo en la central camionera de esta ciudad es factible encontrar taxistas, quienes por cierto aprovechan para elevar aún más los injustos precios por pasaje, convirtiendo cualquier intento de negociación de precios en una vil extorsión.
De modo que la vida nocturna ribereña está restringida a propietarios de automóviles o a los vecinos de bares y restaurantes. Si al peatón le agarra la noche en algún pueblo que no sea el suyo, no le quedará más que hacer acopio de fuerza y paciencia, pues seguro le esperará un largo trayecto a pie al borde de la carretera panorámica, rumbo a su destino.
Una región como la nuestra, que se precia de ser un destino turístico internacional, no puede darse el lujo de tan precario sistema de transporte. Resulta inconcebible que cuando un comensal solicita al mesero un taxi, éste le responda que no hay tal servicio; o que inevitablemente, cada que uno se suba a un auto amarillo, se sienta asaltado, atracado.
A falta de una debida atención por parte de nuestras autoridades, en este caso la delegación de la Secretaría de Movilidad en Jalisco, me temo que la única opción que nos queda es rogar a Dios para que pronto tengamos la opción de Uber, la polémica empresa transnacional que gracias a las nuevas tecnologías, ha logrado revolucionar en todo el mundo las políticas de servicio en el transporte de personas.
Me importa un bledo que los taxistas se sientan invadidos, que se enojen, se manifiesten o pataleen. El día que tengamos Uber en Chapala, espero que sea muy pronto, estos señores se verán obligados a bajar sus injustas tarifas y más de alguno optará por ofrecer sus servicios más allá de las siete de la noche.
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