Andador Cultural Ajijic
Por: Santiago Baeza
A mediados de diciembre de 2004, siendo yo en ese entonces director de Cultura en el ayuntamiento de Guadalajara, iniciamos la primera edición del Paseo Chapultepec, actividad consistente en recuperar una importante avenida de la capital jalisciense para activar la zona con actividades culturales y de esparcimiento.
Nos motivaban tres objetivos: promover la convivencia y la interacción social en un ambiente sano e incluyente; motivar la reconciliación del peatón con su entorno urbano en una zona clave por su historia y su belleza; y propiciar el acercamiento del público con diversas manifestaciones artísticas, así como con sus exponentes.
Doce años después, la avenida Chapultepec es diametralmente otra. El impacto que esta actividad semanal generó sobre la zona es innegable. El bullicio y la algarabía rebasaron los fines de semana y hoy igual se ve un restaurante, una librería, un café, colmados de parroquianos; las clases gratuitas de salsa que patrocina un centro nocturno cubano colman el camellón los días lunes. La vida es ahora parte inseparable y cotidiana de este paseo urbano.
Es más, hoy el paseo Chapultepec forma parte imprescindible de la ruta turística de Guadalajara y es un espacio habitual para las y los tapatíos de cualquier parte de la ciudad. Sin saberlo, quienes en su momento impulsamos esa iniciativa no sólo logramos los tres objetivos que en un principio nos planteamos, sino que además logramos incidir para bien en la activación económica de los comercios de esa zona, a través de un perfil de ofertas para la convivencia y el ocio.
Por eso estoy seguro que el andador cultural de Ajijic debe implementarse cada fin de semana. Porque representa una gran oportunidad para generar un espacio de convivencia entre los habitantes de este pueblo, los residentes temporales y permanentes de todo el mundo, así como los turistas nacionales y extranjeros que nos visitan en cualquier temporada del año.
El andador cultural de Ajijic permitirá que en un pequeño tramo de la urbe y la historia del pueblo, por sólo un par de días el molesto automóvil sea desterrado para abrirle paso al paseante ocioso y viva desde otra perspectiva la belleza de este poblado y así le genere más respeto, cariño, apropiación e identidad.
Permitirá también que los talentos artísticos, no sólo de Ajijic sino de todo el municipio y, ¿por qué no?, también artistas invitados de otras partes, tengan la opción de darse a conocer, promover sus dones y ganarse un digno ingreso por su trabajo. Esto es, generar públicos y generar también un recurso para llevar el pan a la mesa de su familia.
Pero además, este andador cultural tendrá la posibilidad de generar más turismo, sobre todo durante la llamada “temporada baja”, y con ello aumentar también la derrama económica de manera directa en los negocios que se ubican en el corredor Colón-Juárez, pero de manera indirecta en beneficio de la población local en general.
El crédito a esta iniciativa debe reconocerse en todos sus actores. Planteada inicialmente por Emmanuel Medeles, pasado director de cultura de Chapala y apoyada hoy por diversos funcionarios, entre los que destacan el alcalde Javier Degollado así como por el regidor panista Juan Carlos Pelayo (nótese el ejemplo de civilidad, el hecho de que esta iniciativa una a ambos representantes populares), más el impulso de un importante sector de la iniciativa privada de Ajijic, esta gran idea representa un paso más por darle a este pueblo una nueva cara aún más atractiva y oxigenada.
Démonos la oportunidad de un nuevo punto de encuentro; hagamos el esfuerzo por renovar y fortalecer los atractivos de Ajijic de una forma solidaria; Hagamos el sacrificio de caminar una cuadra más entre nuestro auto y nuestro destino final. A cambio, tendremos un lugar más digno, seremos (y tendremos) mejores vecinos; todos, absolutamente todos, saldremos ganando. Sin lugar a dudas, mi propio veredicto según mi experiencia es un rotundo sí al andador cultural, todos los fines de semana.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala