LOS ARQUETIPOS:
Una historia de Fernando Davalos.
Las preguntas sobre los símbolos sagrados continuaron, esta vez en voz de Arturo: – Pero Paloma, si tú hablas de establecer comunicación con los símbolos sagrados, ¿ Qué no es esto de nuevo un proceso racional por necesidad ? –
– No, no lo es Arturo – contesto Paloma – porque nuestra comunicación con los símbolos se realizara mediante la contemplación de los mismos y a través del lenguaje del silencio interno, lo cual no implica en absoluto la utilización del razonamiento, es más bien una especie de darse cuenta desde el corazón –
– Uno de los ejemplos históricos más bellos y más antiguos – continuo Paloma – de este tipo de transmisión silenciosa de luz espiritual mediante símbolos se dio hace veinticinco siglos entre el Señor Buddha y uno de sus discípulos de nombre Mahakashyapa.
Un buen día, el Buddha acudió a uno de sus acostumbrados sermones y en esa ocasión en vez de hablar, simplemente se sentó y portando en sus manos una bellísima rosa, empezó a mover su tallo lentamente y en total silencio ante el asombro de la concurrencia que no entendía lo que estaba pasando. El único que comprendió el mensaje silencioso de Siddharta Gautama fue Mahakashyapa que empezó a reír estruendosamente.
A continuación, Buddha sonrió y llamo a Mahakashyapa a su lado y le regalo la rosa. Mahakashyapa con lágrimas en los ojos, toco los pies de Buddha y se retiró, convirtiéndose así en el primer patriarca del Budismo Zen, cuya transmisión silenciosa continua hasta nuestros días –
Cada vez más confundido, Arturo contraatacó: – Pero entonces, aun en el supuesto de que establezcamos ese tipo de comunicación real con los símbolos sagrados, ¿ Cómo nos contestaran estos, en silencio también ? –
– Ese tipo de respuesta – apunto Paloma – es muy difícil de explicar mediante las palabras y el raciocinio y esto no es de manera alguna una excusa para desviar tu pregunta o evitar su contestación; solo sé a ciencia cierta y por experiencia personal que tu corazón recibe las impresiones que tu silencio interno ha logrado formular y que dichas impresiones provienen de tu alma, de tu ser interno y espiritual donde todas las respuestas existen y donde existe una comunión universal con toda la creación y por supuesto con su Creador, pero no se transmiten en lenguaje inteligible por la mente, es más bien un lenguaje que nuestro espíritu santo utiliza en nuestro nombre para comunicarnos con nuestro Creador y es mas de naturaleza intuitiva que racional –
– Si pudiéramos descifrar un poquito su lenguaje – continúo Paloma – podríamos decir que a niveles espirituales más elevados, se manejan…
Después de un prolongado silencio motivado por el esfuerzo de Paloma por encontrar la palabra adecuada, Andrés decidió intervenir:
– Arquetipos –
– Exactamente Andrés, esa es la palabra que estaba buscando – apunto Paloma – pero por favor continua – agrego
– Bueno, lo que yo sé, es que los Arquetipos son por decirlo de una manera poco elegante, los moldes que están detrás de toda la manifestación en el mundo de las causas y no de los efectos –
– Nosotros en nuestro hábitat natural – continuo – vivimos en el mundo manifestado que pertenece más bien a los efectos y no a las causas y aunque con nuestras acciones generamos nuevos efectos, afrontamos básicamente la mayor parte de nuestra existencia los efectos de acciones anteriores que nosotros mismos causamos con nuestro libre albedrío –
Andrés, al ver nuestras caras de confusión y que Adriana incluso se rascaba la cabeza tratando de entender su explicación se apuró a decir:
– Digamos que venimos a este mundo con el escenario previamente preparado y un libreto a ser representado en nuestras vidas y que nuestra única libertad consiste no en el tiempo que se nos ha dado en nuestra existencia sino en el qué y en el cómo utilizaremos ese tiempo, que inexorablemente avanza cual reloj de arena en diferentes dimensiones temporales para cada uno de nosotros –
Andrés, al comprobar que aún no se había dado a entender del todo, continúo de inmediato:
– Veámoslo de esta manera; creo que todos los que estamos aquí aceptamos el hecho de que tenemos libre albedrío y podemos, sin importar nuestras circunstancias personales por difíciles que estas sean, decidir qué curso de acción imprimimos a nuestras vidas y realizar nuestros propósitos. Ello se debe a que nuestro espíritu es parte indisoluble de nuestro ser y si somos capaces de establecer una conexión sostenida con el mismo y recibir su energía, inspiración y directrices, todo lo que hacemos se transformara para bien no solo de nosotros sino de los que nos rodean. De esto da testimonio toda la historia sagrada de la humanidad así como los grandes seres que la han escrito con el testimonio de sus vidas para nuestro beneficio –
Andrés, al comprobar que había asentimientos de cabeza dentro del grupo, respiro aliviado y continuo:
– Básicamente tenemos dos opciones: el seguir los dictados de nuestra propia personalidad, nuestro ego e importancia personales, que siempre buscaran el beneficio personal y egoísta y que complicaran como consecuencia nuestra existencia actual y el escenario que se había preparado para nosotros o bien, el seguir las impresiones provenientes de nuestra alma, nuestro espíritu, el cual por estar conectado indisolublemente con la realidad ultima y el plan divino, ayudara a que nuestra existencia se desenvuelva de acuerdo a la voluntad de nuestro Creador, por supuesto con nuestra libre y voluntaria participación en el drama de la existencia –
– Dicho en pocas palabras – continuo – Venimos a este mundo o para hacer nuestra voluntad viviendo el sueño de la idolatría en el que esta aun inmerso nuestro mundo o para cumplimentar la voluntad de nuestro Creador, colaborando así activamente en el desenvolvimiento de su plan evolutivo –
– Entonces, ¿ todos ya sabemos de antemano cual es nuestro libreto y como representarlo ? – pregunto Adriana
– No necesariamente, solo algunos cuantos afortunados que siempre han estado cerca de su espíritu lo conocen desde que tienen uso de razón; el resto, tenemos que buscarlo dentro de nosotros mismos, en nuestros corazones. Digamos que ese libreto ha sido preparado por nuestro Padre Bueno, por el gran Espíritu que a todos nos anima y es la misión específica que nos pide realizar en esta vida para desenvolvimiento de su plan divino y en nuestro propio beneficio y de la humanidad en su conjunto –
Después de un denso silencio motivado en todos nosotros ya no por la confusión sino por la reflexión creativa, Arturo pregunto:
– Bueno, pero ¿ Y los arquetipos ? –
– Precisamente – respondió Andrés – los arquetipos forman parte del desenvolvimiento gradual en los mundos superiores de la voluntad divina y están ahí para ser aprehendidos por quienes hacen el esfuerzo necesario –
– ¿ Es algo así como la comunión de los santos ? – pregunto Adriana
– Sí –
– Ah, ya entiendo – intervino Arturo, nuestro estudiante de Arquitectura – entonces uno de esos arquetipos es la sección áurea, expresada en los números matemáticos 1.618 y considerada como uno de los prototipos fundamentales de la naturaleza, establecida por nuestro Creador y presente en toda la creación, en plantas, animales e incluso en nosotros mismos. También ha sido llamada con justa razón creo yo, la divina proporción y ha sido utilizada con éxito por grandes artistas, entre ellos pintores, músicos y arquitectos, ¿ Verdad ? –
Ante el silencio de Andrés que no se consideraba un experto en la materia comente:
– Si Arturo, así es, pero y corrígeme por favor Andrés si me equivoco, la sección áurea o divina proporción es un arquetipo presente en el mundo de la manifestación o de los efectos y puede ser discernido por nuestra inteligencia y nuestro razonamiento; sin embargo, Andrés quiere referirnos a los Arquetipos que se encuentran en el mundo de las causas que es de naturaleza intuicional o mental superior o incluso abstracta y cuyos secretos no pueden descifrarse por el razonamiento propio de nuestra mente concreta y analítica –
– Ningún instrumento de análisis que haya sido creado desde el mundo de los efectos puede discernir las verdades presentes en el mundo de las causas o arquetípico, donde reside la voluntad de nuestro Creador. En ese mundo, mientras más pensemos menos entenderemos y mientras menos pensemos más comprenderemos. Aquellos que no entienden, no entienden entendiendo y aquellos que ya entienden, entienden no entendiendo. La visión verdadera tiene lugar solo en una mente vacía, porque solo entonces está uno conectado con el momento presente, única realidad que participa de la manifestación divina en todo momento y en esto los símbolos son de las imágenes más poderosas con que contamos para intentar establecer una conexión entre ambas esferas de manifestación.
Nuestro códice sagrado
Oigan, yo acepto todo lo que me están diciendo porque tiene bastante coherencia y mi corazón se siente genuinamente atraído ante estas verdades – intervino Adriana – pero y perdónenme por pedírselos, pero ¿ Podrían proporcionarme un ejemplo concreto de algún símbolo que sea especialmente poderoso y trascendente o de alguna iglesia cuyas características encierren claves para el despertar o al menos para el inicio de una comunicación entre nuestro ser y el espíritu de nuestra nación y a través de sus símbolos, quizás incluso con nuestro propio libreto o tarea específica en esta existencia?
Ante el enorme reto que representaba contestar una pregunta tan compleja todos callamos, pero después de unos minutos de espontáneo y renovador silencio durante el cual seguramente muchas de las ideas vertidas por todos nosotros empezaron a asentarse en nuestros corazones, Paloma tomo la palabra:
– Que interesante pregunta nos has hecho a todos Adriana y creo que tienes claro que no existe una respuesta fácil para la misma; sin embargo, intentare al menos darte algunas pistas al respecto y basada únicamente en mi experiencia personal. Todas las iglesias y muchos símbolos religiosos de nuestras tradiciones e incluso de otras tradiciones religiosas poseen la capacidad de conectarnos con la dimensión sagrada de la existencia ayudándonos a través de ese contacto a caminar con más luz espiritual en nuestras vidas. Ello depende por supuesto del trabajo personal que cada uno de nosotros haya realizado para mantener a raya a nuestra importancia personal, uno de nuestros adversarios más formidables y a nuestro ego. Dicha conexión depende también de la medida en que no sin bastantes sacrificios, hayamos logrado purificar nuestro propio corazón. Si ello se ha logrado lo suficiente, entonces el contacto mencionado tendrá lugar en la misma proporción a nuestro propio avance espiritual –
– Es por lo anterior – continuo Paloma – que Agustín y yo hemos propuesto al Grupo “Don Uriel”, el visitar las cinco iglesias mencionadas, porque dentro y fuera de las mismas existen posibilidades para todos nosotros de caminar un poquito más hacia la realización de nuestras propias tareas en este sagrado territorio y de acuerdo a las directrices, que sin duda existen y que han sido dictadas por el bellísimo espíritu que anima a nuestra gran nación –
Limpiando discretamente sus ojos humedecidos por la emoción que le embargaba Paloma continuo:
– Para darte un ejemplo concreto que a mi humilde entender existe en nuestro México de una iglesia en donde existen un sinnúmero de símbolos propios de ambas tradiciones y característicos de nuestra Mexicanidad deberé necesariamente referirte al ejemplo más excelso que tenemos y que exhibe para aquellos capaces de percibirlos e interpretarlos correctamente, elementos lumínicos, pictóricos, escultóricos, arquitectónicos y físico-espaciales, por mencionar algunos, que hacen evidente referencia a lo más sagrado que nos conforma como nación en lo místico y en lo espiritual y hablo por supuesto de la nueva basílica de Guadalupe en la ciudad de México –
– Ahora bien – continuo Paloma – si nos referimos únicamente a los símbolos, muchos de los cuales se encuentran en nuestras iglesias, de nuevo y a mi humilde entender, el más poderoso e importante -y te aclaro que es solo uno de los muchos que actualmente existen- y en mi opinión el más sublime de todos, es sin lugar a dudas nuestro códice Guadalupano o la sagrada imagen de nuestra querida Virgen de Guadalupe, deidad tutelar de nuestra nación y reina del continente Americano. Su venerada imagen es un auténtico códice-símbolo capaz de despertar corazones y prodigar luz y energía de un enorme poder y altísima vibración espirituales. Su milagrosa aparición en nuestro sagrado territorio a partir de 1531 hizo posible lo que no habían logrado los religiosos españoles: la conversión de millones de habitantes de todas las etnias pertenecientes al Valle del Anáhuac y de todos los rincones del Imperio Azteca, que a diferencia de los conquistadores españoles en un inicio, supieron reconocer de inmediato los mensajes simbólicos que existen en el sagrado ayate de Juan Diego- Cuauhtlatoahtzin y que hablan del nacimiento de nuestra gran nación y su fusión étnico-espiritual a través del mestizaje y bajo la sombra y protección de la Madre de Dios. Dicho suceso transformo sin duda los corazones del pueblo Azteca llenándolos de esperanza ante la noticia del futuro advenimiento del sexto Sol y de la buena nueva del descenso del divino hijo de Ometeotl, nuestro Cristo Jesús-
Por los ojos de Adriana manaban ahora abundantes lágrimas.
Sin decir nada, en completo silencio y de manera del todo espontánea, el Grupo “Don Uriel” dispuso con respeto los elementos sagrados de ambas tradiciones y después del ingreso e inicio ritual de su sesión ceremonial, Paloma dirigió nuestra oración comunitaria consistente en un rosario de oraciones en honor de nuestra Madre celestial. El fervor con el que aquel miércoles por la tarde elevamos nuestros corazones a nuestra bella doncella Tecuauhtlacuepeuh-Guadalupe resonó en el espíritu sagrado de nuestra gran nación.
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