EL ZAPOTILLO, ABENGOA Y LA UNOPS
Por: B. Manuel Villagómez R.
Sí al Lago de Chapala.
Para tratar de justificar el negocio de 90 millones de pesos, la UNOPS de la ONU, ejecutora del proyecto “Jalisco Sostenible, Cuenca Río Verde” publicó el viernes pasado un boletín en el que informa de tres componentes: del uno dice que han desarrollado actividades del balance hídrico y pauta de macro planeación de obras hidráulicas, destaca la conformación del sistema de información geográfica, la evaluación cartográfica, reuniones de coordinación con la CONAGUA a la que le entrega estudios y procesamientos de la información, recorridos de campo, recopilación y análisis de información para definición de demandas actuales y la evaluación ambiental de esa cuenca.
En el dos, dice que se reunieron con la CNA, SEMADET, SEMARNAT, expertos invitados de Noruega, Costa Rica, Colombia y el Center for Hidropower (ICH) de Noruega, así como con empleados municipales de poblaciones aledañas a la cuenca. Con este boletín, la UNOPS demuestra que todos los estudios que hizo la CEAS cuando la dirigió Enrique Dau para decidir el proyecto del Zapotillo, los hizo mal o ni siquiera los hizo. También es claro que la UNOPS está usando la información que el IMTA, SEMARNAT, CEA y ahora SEMADET le están entregando para que haga un negocio redondo, revistiéndolo con invitados de nombres rimbombantes para asentarlos en su expediente, y, así, intentar taparle el ojo al macho. En el tres nos regala sus cuentas de jalisco.sostenible@unops.org y la de twitter.com/UNOPS_Mexico.
Así, la CEA de Jalisco, dirigida por Tito Lugo y comandada Enrique Dau, junto con la SEMADET, quedan ante la UNOPS en este proyecto de abasto de agua, como simples mandaderos, facilitadores de información y protectores de un negocio que nos cuesta 90 millones de pesos, y todo para apoyar a León y a la empresa española Abengoa, empresa a la que ya los trabajadores estatales de Jalisco le dieron —casi— 606 millones de pesos, porque, lo reitero, de todo este circo de la UNOPS a Guadalajara, no le queda una sola gota de agua del proyecto Zapotillo-Arcediano, porque así lo firmaron en 2005 Ramírez Acuña y Dau.
Ahora, en los pasillos de Abengoa, se comenta que si le llegan a quitar el negocio de venderle el agua a León del Río Verde, se van a fregar a los trabajadores de Jalisco, porque no les van a pagar el dinero y menos los intereses.
Este asunto del Zapotillo-Arcediano nació dentro de un marco de ineficiencia y corrupción que, entre más tiempo pasa, más se manifiesta. Y a los funcionarios se están prestando a cubrir esta corrupción, hay que invitarlos a que piensen: “¿en qué los beneficia para su prestigio estar encubriendo un proyecto de abasto de agua que sólo beneficie a León, y va en contra de Los Altos de Jalisco y de Guadalajara?” Además que el acueducto Zapotillo-León está suspendido con amparos, existe un movimiento vivo, sólido en contra de que se inunden las comunidades y todo esto pasa mientras sigue la presa Purgatorio-Arcediano que supervisa Dau Flores por acuerdo de la CNA y la CEA del 5 de junio de 2013, quien es, además, presidente del Consejo de Administración de la CEA, por lo tanto, es juez y parte de un proyecto para tener votos en 2018 y no para darle agua a Guadalajara, el agua que le corresponde del Río Verde, pero sí para hacer un negocio que puede pasar los 6 mil millones de pesos, y, enseguida, construir Arcediano con otros 6 mil millones de pesos. Este proyecto es la corrupción pero en cascada hidráulica.
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