El PRI, Reza
Las elecciones pasadas de julio sacudieron las estructuras priistas por haber perdido bastiones electorales como Tamaulipas. Pero, indudablemente, el que más dolió, fue Veracruz, tercer padrón electoral más importante en el país, después del Estado de México y Distrito Federal.
Es interesante ver que antes de las elecciones, al presidente no lo llevaban a ninguno de los estados donde fuera a haber elecciones por sus números negativos, pero, además, arrastraban niveles de percepción de corrupción muy altos en diferentes estados como Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo; en el segundo estado el asunto de los porkys caló hondo, además del mal gobierno de Duarte.
La salida de Manlio Fabio Beltrones de la presidencia del PRI abrió la puerta para que Peña Nieto se apoderara del partido. Muchos analistas ven la llegada de Enrique Ochoa Reza como un síntoma de preparar la retirada, tersa como la que ha sido entre Calderón y el actual presidente, o Fox que siempre estuvo protegiendo a Zedillo. Así se manejan en las grandes ligas. O sea en el apellido lleva su penitencia.
Perder un padrón tan importante, electoralmente hablando, como Veracruz enciende los focos rojos, porque prácticamente la Ciudad de México sería de Morena, el Estado de México se juega su futuro el próximo año, y es ahí donde el grupo Atlacomulco, que controla el priismo actual pero bajo esa ruta es como algunos priistas del país están en contra de la imposición de Ochoa Reza en la presidencia, porque no ha tenido una trascendencia en la militancia. Su cargo más alto fue como director de la hoy triste Comisión Federal de Electricidad (CFE), y su bono de confianza ante las bases priistas es el incremento de la energía eléctrica, que estuvieron alardeando que con la reforma energética los precios bajarían. Con esa impopularidad es como llega a dirigir a un PRI que ha perdido millones de votos con la llegada de Peña Nieto al poder.
Y dentro de ese esquema electoral, Veracruz pasó hacer del PAN, el cuarto estado con importancia electoral es Jalisco, y está en manos de Movimiento Ciudadano. Los otros estados con importancia, Guanajuato y Puebla, están bajo el control del PAN, así que es un panorama difícil para el PRI. Por eso los han puesto a rezar.
En lo que respecta a los priistas de Chapala y Jocotepec, no importa quién sea el patrón. Ellos están entrenados para obedecer.
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