Hilary Clinton ganará en Ajijic
Una vez concluidas las respectivas convenciones para elegir candidato a presidente de los EEUU en los dos partidos políticos de ese país, las elecciones primarias han dado como resultado la nominación de Hilary Clinton por el Partido Demócrata y Donald Trump por el Partido Republicano. Ahora, el paso que sigue es la elección formal de quién será el próximo presidente de nuestra vecina nación del norte, proceso que concluirá en unos cuantos meses más.
El seguimiento que los mexicanos estamos dando al proceso electoral en los Estados Unidos de Norteamérica no tiene referentes, pues en esta ocasión la migración latinoamericana y la vecindad con México han sido temas recurrentes y de primer orden en los discursos de ambos candidatos. De hecho, el discurso nacionalista y hasta xenófobo del candidato republicano nos tiene a la mayoría de los mexicanos con los pelos de punta y con el Jesús en la boca.
Si existe en México un lugar en el que esta campaña electoral podrá seguirse paso a paso, sin duda no es la capital del país, ni siquiera las ciudades fronterizas que se ubican al norte de México. Será Ajijic, pues de los cerca de trece mil habitantes que tiene esta pequeña población perdida en el occidente de este país, poco más de tres mil son extranjeros, y en su mayoría norteamericanos, con derecho a voto en esta elección.
Durante la pasada elección, la que dio como resultado la reelección de Obama, el responsable de la estrategia por parte del Partido Demócrata para la consecución del voto de los norteamericanos radicados en países extranjeros al suyo, fue nada más y nada menos que uno de los tantos residentes de este pueblo ribereño. Fue tal la efervescencia de aquel proceso, que Ajijic más bien parecía un pueblo gringo y no mexicano, pues las calcomanías en los automóviles, las banderolas, las discusiones de café y hasta las movilizaciones de distintos comités de campaña fueron pan de cada día en esta zona.
Ya desde hace algunos meses se percibe cómo los ánimos de esta numerosa comunidad de extranjeros comienzan a calentarse. Si bien se percibe una aplastante mayoría de simpatizantes demócratas, no falta, me consta, el gringo que está convencido de votar por el magnate populista. De modo que lo que viene para Ajijic de aquí a noviembre es una intensa campaña electoral de la que los mexicanos seremos algo así como testigos mudos.
Fieles a esta tradición que se repite en el pueblo cada cuatro años, de antemano podemos prever que el Café David se transformará en un agitado centro de acopio de firmas de apoyo para la candidata demócrata, espacio desde el cual se conformarán distintos comités de campaña; centro de distribución de todo tipo de productos propagandísticos y espacio de reunión para la transmisión de los distintos debates; e incluso para dar seguimiento al momento de la contabilización de los votos al final de la elección.
A lo largo de estos meses por venir, veremos cómo es que nuestro apacible pueblo se irá cargando de adrenalina en inglés, producto de una campaña electoral que no nos es tan ajena, pero de la cual sólo estamos destinados a ser observadores. De poco servirá nuestro repudio generalizado hacia el candidato republicano, pues para estas fechas es seguro que la mayoría de los norteamericanos residentes en la ribera ya tienen definido su voto. Afortunadamente y para nuestro consuelo, la gran mayoría de nuestros huéspedes vota por el Partido Demócrata.
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