Así es el policía René, siempre dispuesto a dar los buenos días con una sonrisa en la entrada del edificio del Ayuntamiento de Chapala
“Yo antes había prometido no volver a la policía, pero me vi forzado nuevamente porque ya no hallaba qué hacer. Trabajaba dos días y me aventaba un mes sin trabajar. Ya nomás mis huesos andaban flotando”, señaló el funcionario público.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Aunque los oriundos y visitantes han pasado por la presidencia municipal, pocos hemos conocido René Arraiga Ibarra y menos conocemos detalles de la vida de un personaje amable, libre y ejemplo de muchos chapalenses.
Si bien algunos despistados hemos logrado entablar un “buenos días” con René, algunos otros como los wixáricas (cuando visitan Chapala a vender artesanías o dar ofrendas a la isla) han intercambiado palabras llenas de alegría y en su propia lengua. Siempre dispuesto a dar lo mejor de sí para recibir cordialmente a los visitantes y turistas, su pantalón y camisa azul rey, combinado con sus botas, su arma y su radio lo hacen parecer un hombre rudo y serio, pero su sonrisa y cortesía lo delatan. Muchos le dicen que ni parece policía.
Arraiga apareció en el cuerpo policiaco del municipio hace cuatro años, cuando era presidente municipal Chuy Cabrera. Llegó a pesar de haber prometido no volver, como dice él: “La carga hace andar el burro”. Su carrera en el uso de las armas inició en el ejército mexicano, del cual se alejó para no volver, después pasó a la policía federal y culminó con 18 años en la preventiva del estado, lugar que le permitió conocer de cercas la cultura Wixarika.
En realidad, René lleva la música en la sangre. Su hermana es soprano, mientras que él es tenor, y le gustaría que sus hijos sean cantantes. Su maestro fue Jorge Becerra López, quien fuera fundador de “Voces de Chapala” y de “Cantos y Redes de Chapala”, coro en el que él participó. Al lado de sus compañeros recorrió el mundo y tuvo la oporunidad de conocer a los Reyes de España.
La música le dio todo: la posibilidad de viajar y conocer el mundo, pero también le hizo volver al cuerpo policiaco. El coro al cual pertenecía, por su importancia, estaba sujeto a Secretaría de Cultura del Estado, y como tal tenía derecho a 10 días de vacaciones. Un día decidió salir tres meses a Estados Unidos, lo cual provocó la separación del coro. Al regresar, se encontró que alguien más estaba cobrando su nómina, y eso le causó problemas legales, de las cuales salió librado, aunque desempleado después de tres años de relación laboral.
Cuando terminó toda relación con la Secretaría de Cultura, decidió iniciar nuevos proyectos del mismo tipo, los cuales fracasaron por falta de disciplina e inexperiencia. Pasó 15 años dedicándose al oficio de albañil, sin embargo, la carencia de trabajo le hizo volver de policía. Antes, su padre, Fausto Arraiga, visitaba el Hotel Nido (fundado en 1905), ahora su hijo cuida de él. Antes tenía roce de primera mano con diversos presidentes y políticos, ahora saluda de primera mano a Javier Degollado.
Aunque asegura que la paga de un policía es insuficiente “porque la vida no retoña” (en su trayectoria tiene 3 enfrentamientos, diversos “hoyos” en el cuerpo y varios huesos quebrados), dice que “todos los policías siempre deben traer aceite para que se les resbalen las ofensas”, porque la gente cuando necesitan de ellos siempre piden apoyo y cuando les aplican la ley, es cuando la gente les recuerda el 10 de mayo.
Arraiga es uno de los 10 frutos de la familia Arraiga Ibarra, que cuenta con siete hijos y dos matrimonios. Sus recuerdos como primer cantante de banda La Peña, de San Cristóbal de la Barranca, le hace tener los ánimos de regresar a cantar a sus 42 años. Quiere pedir apoyo al presidente municipal de Chapala para que le apoye con un mariachi y cantar cuando se tengan eventos.
Por el momento, René está esperando que la visita de la virgen de Zapopan le dé resultados y que sus dos hectáreas de siembra generen buenos ingresos para poder viajar a Estados Unidos y llevar a su familia a conocer el otro lado.
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