Ajijic el Bastión Cultural Emergente
No exagero al señalar que Ajijic se encuentra en uno de sus mejores momentos en materia de arte y cultura.
Además de su muy nutrida comunidad cultural, conformada por artistas plásticos, músicos de todo tipo, actores, fotógrafos, escritores y promotores culturales, ya sean de abolengo, de otras partes de México y extranjeros, tenemos una serie de activos que en su conjunto, nos abren nuevas oportunidades.
El afortunado enroque de Chuni Medeles del Centro Cultural Ajijic a la Delegación dejó como secuela el más que atinado nombramiento de uno de los más destacados promotores culturales oriundos del pueblo al frente del Centro Cultural.
Se trata de Betto Rock, herrero de profesión, pero que además es sin duda alguna una de las personas más refinadas y cultas de la comarca, cuya generosidad siempre se manifiesta, pues en cada evento cultural de calidad siempre está involucrado.
El gusto por la música heredado por el maestro Víctor Manuel Medeles, a quién por cierto la Delegación y el Ayuntamiento deben un monumento o mínimo el nombre de una de las principales calles del pueblo, dejó como herencia una nueva y nutrida generación de jóvenes músicos formales, de entre quienes destacan un puñado de ellos, virtuosos cada uno en su propio instrumento.
La nueva oleada de migrantes urbanos que han encontrado en la ribera el sitio ideal para vivir, cuenta entre sus profesiones distintas disciplinas artísticas y culturales.
Esta nueva ola de migrantes viene a enriquecer y a nutrir la de por sí talentosa población del pueblo.
Ningún otro pueblo de Jalisco o del país de menos de veinte mil habitantes, cuenta con tan alto porcentaje de intelectuales y artistas.
Los empresarios turísticos, gastronómicos y del entretenimiento en el pueblo se han lucido últimamente, pues lejos de sentarse a esperar a sus clientes, han tomado la iniciativa y con sus propios recursos promueven actividades de calidad para promover no solo sus negocios, sino el turismo en la región.
Sus eventos, me consta, han tenido resonancia fuera de la ribera, en especial en Guadalajara, ciudad que guarda millones y millones de potenciales turistas.
Me consta, cada vez son más los artistas de Guadalajara, ya sea plásticos, gráficos, teatristas y músicos de toda índole, que buscan espacios para presentarse en Ajijic, pues desde la capital del estado se reconoce que uno de los bastiones artísticos y culturales de Jalisco es precisamente este pueblo. No se equivocan.
Esta temporada “baja” ha sido notable por la actividad cultural del pueblo. Por fin los ajijitecos, nacidos o adoptados, estamos entendiendo que el potencial de este pueblo da y sobra para cualquier temporada del año.
Durante estos meses la constante de la agenda cultural ha sido la saturación, pues generalmente hay actividades de calidad para escoger y lamentablemente resulta imposible poder acudir a todo lo que se organiza.
Y estoy seguro también que esta dinámica ha sido más que favorable para la derrama de recursos, no solo para el sector turístico o el cultural, pues ambos sectores que siempre van de la mano, terminan por favorecer de rebote a básicamente a toda la población. Nunca antes me había tocado ver que ningún restaurantero, ningún hotelero, ningún artista se mostrara satisfecho en temporada “baja”.
Parece que en esta ocasión solo hemos tenido una temporada “alta”, seguida de otra aún más alta.
Este es un buen principio. Pero podemos llegar aún más lejos. Jalisco es uno de los estados más ricos del país en arte y cultura. Si ya somos el pueblo emergente del estado, si en la capital ya reconocen a Ajijic como una potencia cultural, es tiempo de que pensemos en otros lugares, como la misma Ciudad de México.
No esperemos al nombramiento de “Pueblo Mágico”. Es más, hagamos de nuestro activo artístico y cultural una herramienta más para obtener ese nombramiento.
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