Colaboración de Alejandro Martínez Velázquez
El Centro Cultural Ajijic se construyó con el objetivo de incentivar el arte, la cultura y la tradición de Ajijic, esto con el entusiasmo de artistas, artesanos, profesionistas y pueblo en general. Todos interesados en exponer con orgullo el talento de los artistas locales, extranjeros y visitantes. Y con esto, tener una retroalimentación de la diversidad de los exponentes, no sólo de plástica, sino de todas las expresiones artísticas. Un objetivo específico fue el de realizar intercambios con otros municipios estados o países.
Hoy hago un recuento de la actuación de este Centro Cultural, que con el tiempo se convirtió en presa de los políticos, donde la dirigencia de este centro lo otorgan a alguien por un compromiso, y sin requerir de alguna preparación para estar al cargo. Esto nos ha llevado a no avanzar en estos últimos años, ya que si nos damos una vuelta al Centro Cultural. Nos encontramos con un lugar lleno de decoración en el exterior como interior. Las salas de exposiciones con las paredes parchadas de los hoyos donde colocan clavos al por mayor. Hoy una sala ahora es bodega. Al ingreso letreros recargados del restaurant. Ahí los puedes encontrar por varios días. Los cuadros colgados sin algún cuidado, las exposiciones sin cuidar el contenido y la estética de sus marcos, los exponentes algunas veces sin una trayectoria, y sin llevar a cabo alguna curaduría y mucho menos museografía.
Las necesidades de siempre y más importantes parecen que no importan, siempre están ahí. La acústica, mobiliario para el auditorio, y el presupuesto para pago de maestros en diversas disciplinas, el mantenimiento y estética del edificio… Al parecer el CCA no es prioridad del director de Cultura del Municipio, y autoridades municipales.
Este mes pasado cumplió once años el Centro Cultural, y los objetivos para lo que nos esforzamos no se ven llegar. Necesitamos en este espacio a alguien que ame la cultura y, lo más importante, es su deber de dar seguimiento e impulsar el talento de niños y jóvenes de nuestro pueblo, con cursos, talleres, exhibiciones de calidad y no sólo estemos ahí, para promovernos para algún otro cargo. Actuemos con conciencia, responsabilidad y visión, para que haya nuevos valores que amen e impulsen nuestro pueblo, ya que la generación que promovió este centro se está extinguiendo.
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