Además, las banquetas en la comunidad sirven de estacionamiento para automóviles, pese a que el reglamento de tránsito señala que cualquier vehículo estacionado sobre las aceras será remolcado al corralón
Fotos: Hugo Zamora.
Hugo Gustavo Zamora Medina (San Juan Cosalá, Jal.).- A vista de todos, vemos a diario las irregularidades e imprudencias de algunas personas, quienes invaden banquetas y espacios públicos, lo que impide la circulación peatonal tanto a niños y a personas de edad avanzada que a diario recurren las zonas bloqueadas por mesas de ventas o negocios instalados, y a esto se le suman los vehículos también mal estacionados.
Un tema en el que la irregularidad se presta para quien, sin conciencia, el invadir sea una muestra de la prepotencia de instalar una irregularidad sea omitida por quien vea mal el desperfecto de la invasión, por lo que poner cartas en el asunto como ciudadano y autoridad sea impugnante y no corresponda poner acción a autoridades correspondientes.
Es, además, saber que las banquetas en la comunidad sirven de estacionamiento para automóviles, pese a que el reglamento de tránsito señala que cualquier vehículo estacionado sobre las aceras será remolcado al corralón.
El comercio se extiende en las banquetas; no sólo los ambulantes se apropian de ellas, también lo hacen los locales que son formales, restaurantes y fondas de comida rápida y demás, que ven el espacio como una extensión de su negocio.
Por tanto como siempre, el peatón es la victima de estas circunstancias pues nadie piensa en él a la hora de invadir la banqueta, a si como la vía pública quienes aparte de invadir su espacio ocupan otras propiedades alrededor.
La invasión de banquetas , la cual es generada tanto por puestos de vendedores así como comerciantes establecidos al sacar mesas o anaqueles para exhibir su mercancía, y de casas particulares con pequeña malla ciclónica, otros colocan sus cubetas con plantas para evitar el paso a la gente, o simulando “aparta lugares” por el frente de su negocio.
Con todo lo expuesto, no se pretende perjudicar sino lo contrario, poner conciencia y considerar prudente así como educar al peatón, además de hacerle saber de sus derechos, obligaciones y prohibiciones, para mayor protección a la integridad física de los transeúntes.
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