La decadencia de la sociedad
La pérdida de valores morales se ha vuelto un tema recurrente en la crítica social, y es que no se puede realizar un análisis en este ámbito sin enfrentarse al hecho de que en los últimos años se han forjado hombres y mujeres faltos de valores. Si bien es cierto que en la historia de la humanidad siempre han existido quienes dejaron fuera de su formación el respeto, la integridad, la responsabilidad y solidaridad (por mencionar algunos), es cada vez más común —o aceptado—, vivir con esta carencia.
Es una costumbre muy común para algunos individuos sacar la basura cuando ya ha pasado el camión recolector por la cuadra y poco les importa el problema que podría ocasionar dejarla por tiempo indefinido en la calle a merced de las condiciones climáticas o de los animales que se encuentren por la zona. Sólo podrían pensar que sería mejor aun dejarla cerca de la casa del vecino, para que sea él quien se ocupe de ella. Están también aquellos otros que perturban la paz de la comunidad al poner a todo volumen el sonido de su coche, y peor aún si van haciendo del tránsito vehicular lo que se les antoja y cambian el sentido de las calles dependiendo de la ruta que gusten tomar sin preocuparles el resto de los conductores o las condiciones de las calles.
Hasta el más pequeño grafiti hecho sin pensar en quien debe restaurar el muro donde fue pintado, o un mural con contenido inapropiado colocado en el lugar menos indicado respondiendo al gusto de una sola persona son actos realizados sin respeto.
Últimamente, me he dado cuenta de que la ausencia de valores en el individuo que realiza este tipo de actos. No sólo es evidenciada en el hecho mismo, sino que se busca reafirmar con la actitud de desvergüenza y prepotencia que suelen adoptar estos sujetos a fin de hacer notar que hacen lo que quieren porque pueden. Existe una consecuencia para cada acción, y a falta de una llamada de atención para quienes actúan insolentemente la única consecuencia que habrá será la derivación de nuevas costumbres (que no por ser costumbres deben de ser buenas) pues se comenzará a imitar estas acciones que parecen funcionar eficientemente.
Los valores facilitan la coexistencia pacífica y benefician la vida en sociedad. Tener la capacidad de colocarnos en el lugar del otro nos ayudará a tomar decisiones acertadas. Aún hay quienes conservan y entienden la importancia de los valores morales dentro de la formación personal y social, esa porción de ciudadanos conscientes generan la esperanza en el cambio.
No sólo cometiéndose los peores actos inmorales se puede llevar a una población como Jocotepec a ser calificada como una sociedad que está perdiendo sus valores, sino también con actos aparentemente insignificantes que son realizados por sus habitantes, consciente o inconscientemente, fuera de lo que es correcto, acciones que son llevadas a cabo buscando el beneficio personal.
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