Pese a la disminución, aseguran que la tradición continuará porque las familias son las encargadas de dar resguardo a la tradición
Fotografía del Altar. Foto: Manuel Jacobo.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Dedican altar de muertos a los 43 desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa. Sobre el altar, se colocó también el símbolo de más debido a que no se conoce la cifra actual de los desaparecidos en el país.
El altar estaba integrado por cuatro cruces de luto, una de ellas hacía referencia a la muerte de la legalidad, otra hacía referencia a los estudiantes, otra al estado de Guerrero y la otra al país en general.
Tres de los organizadores de las muestras de altares de muertos fueron los encargados de realizarlo y aseguran que desde que Cristina Flores decidió dejar la organización, los jóvenes fueron los encargados de hacer la muestra y que a partir de ese tiempo, los altares han tomado un sentido más político y social.
También se habló de no olvidar a las personas que aparecieron sobre el lago y que fueron personas que han muerto por esa ola de violencia que azota al país, así como no olvidar que Chapala hace tiempo estaba envuelta en violencia la cual puede regresar e instalar nuevamente.
La muestra de altares de muerto fue creada por Cristina Flores, mamá de Christian Hernández Flores, hace 20 años, y los cambios han sido varios en los que destaca la presencia del arte, música, libertad de expresión y lo que no cambia es el sentir sobre la muerte.
Sobre el decremento de altares en la calle Cinco de Mayo, se cree que no hay problema. “Antes los altares que están en la avenida formaban parte de esta muestra, como de unos 3 o 4 años a la fecha decidieron hacer su festival del lado del malecón, lo cual estamos totalmente a favor porque entre más expresiones haya para sostener la tradición pues mejor” comentó Christian Hernández
Lo que sostiene la muestra libre de altares de muertos, es la iniciativa y participación de las familias y el hecho de que haya “uno, dos, tres, veinte o cincuenta, el objetivo está cumplido”.
De los altares familiares brotó la alegría familiar: las familias cobijaban a los visitantes, de los altares salía el calor y uno que otro la música de jazz o de banda de guerra.
Dos altares rompieron el entorno familiar -la mayoría de los altares se dedican al seno familiar- después del dedicado a las 43, se encontraba un altar dedicado a un integrante de la banda de guerra San Francisco de Asís, de él salió música y se lucían botas, tambores, comida y un sinfín de cosas que los integrantes de la banda llevaron al sitio.
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