SALINAS Y EL GASOLINAZO DE PEÑA NIETO
Sí, al lago de Chapala.
En junio de 1990 Salinas anunció que iba a firmar el TLC con EU y Canadá y el 1ro. de octubre recibió del Congreso Americano la resolución 337 en donde le piden que les demuestre que va a cumplir con las medidas ecológicas cerrando la refinería de Azcapotzalco en el DF. Patricio Chirinos, titular de Ecología, le expresó a Salinas que la refinería se construyó en 1933 fuera de la ciudad, pero en 57 años llegaron industrias, se pobló y PEMEX hizo una inversión costosa para controlar la contaminación que sólo era del 2% por lo que no existía razón para cerrarla. Por su parte, Francisco Rojas, director de PEMEX, le advirtió a Salinas que no existía alternativa y que no se podía cerrar; ya se estaban produciendo 105 mil barriles diarios y que, al cerrarla, vendría la escasez de gasolina y el castigo para el pueblo, porque se tendría que importar más cara, pero Salinas ya había decidió ponerse a las órdenes del imperio gringo y el 18 de marzo cerró la refinería del mismo nombre para celebrar la expropiación petrolera y, a 25 años de la idiotez de Salinas, Peña Nieto, hijo putativo de Salinas, firma un pacto con el PRI, PAN, PANAL, VERDE y parte del PRD para reformar la Constitución y sacar las leyes estructurales. Todo esto con un Congreso acuartelado y en obediencia ciega que acepta las condiciones impuestas por las grandes empresas petroleras para la ¿reforma? energética; les entrega las zonas petroleras, información técnica de PEMEX, las reglas, el mercado de la gasolina, las concesiones en los términos que las mismas empresas le fijaron y le exigen que se raje de todos los discursos en dónde habló de que no iba a haber aumentos de la gasolina.
Así perdió margen de maniobra al dejarles jurídicamente el poder a las petroleras, pues ahora ellas le ordenaron que hiciera el ridículo poniendo un “tianguis gasolinero” con el incremento en los precios para que esas empresas ganen dinero a nuestras costillas, gracias a Salinas, Calderón y Peña Nieto, que hoy es el hazme reír a nivel mundial. Quién lo dijera, en su primer año de gobierno era el “estadista número uno a nivel mundial” porque salvó a México, y ahora es un idiota sin poder para cumplir su palabra.
Salinas no negoció el TLC. Salinas entregó el país a los intereses fácticos porque el Senador Elliot Adams le expresó: “Si México quiere dejar de ser pobre integrando su economía a Estados Unidos, el precio que deberá pagar es menos independencia y menos soberanía”, y agregó que, en un acuerdo de libre comercio “el gobierno mexicano tendrá que acostumbrarse a vivir sin el control total de su economía y sus recursos naturales”. Más claro ni el agua.
Los mexicanos hemos dejado que los últimos seis presidentes hagan con nuestro país lo que les ordenan los neoliberales del nuevo orden mundial, allende la frontera. Por eso, los mexicanos tenemos que aplicar el art. 39 de la Constitución que expresa: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. “Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Cambiemos el sistema económico y a sus actores con la Constitución en la mano. Van 34 años de entreguismo en el que se ha concentrado la riqueza y ha crecido la miseria, pobreza, desempleo, narcotráfico, migración, desintegración familiar y cada día vivimos más inseguros. La realidad es terca y ahí está el gasolinazo Salinista-Peñanietista impuesto. Si nos dejamos, sólo esperamos que el hijo putativo de Salinas se abstenga de enviarnos su tonto mensaje de Año Nuevo.
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