Las pinturas rupestres son únicas en su tipo en la región, de ahí que se deban preservar
Una de las pinturas rupestres ubicadas en el cerro del «Toro».
Manuel Jacobo (Mezcala, Jal).- Las pinturas rupestres de Mezcala, de más de 5 mil años de antigüedad, fueron rayadas por habitantes de la propia comunidad. La técnica que se usó fue la de tallar con una piedra las pinturas que también se encuentran sobre una roca.
Los daños fueron reportados por la Comisión Comunal de Cultura y Tradiciones de Mezcala y vigilantes de territorio, ya que en el mes de noviembre se percataron de los daños, y el 13 de enero las encontraron más dañadas. “Marcaron más los nombres que ya estaban”, señalaron las comisiones.
El desgaste que ha provocado la naturaleza sobre los vestigios históricos hace complicado poder cuantificar el total de piezas dañadas, ya que por su antigüedad y el “cobro” de la naturaleza las piezas dañadas están cubiertas con una capa creada por el material del lugar y una mezcla de residuos de la lluvia, lo que hace que algunas piezas sean casi imperceptibles al ojo humano.
Las pinturas rupestres que se encuentran en el cerro que los locales conocen como la barranca de El Toro, alberga una cantidad inmensa de pinturas rupestres que datan por lo menos de 3 mil años antes de Cristo.
Su preservación es importante, porque “son únicas en su tipo en la región, en toda la parte noroeste siempre se ha tenido presencia de petrograbados, pero en La Cueva del Toro son las únicas pinturas rupestres”, señaló la historiadora y habitante de la comunidad Rocío Moreno.
Además de señalar que el problema que se suscitó no es el único que amenaza este patrimonio cultural, ya que “ése es uno de los muchos problemas”. Obviamente es por el desconocimiento y por la ignorancia de las personas —hasta ese punto podemos decirlo— que hacen esto. Estas pinturas también muchas personas ha expuesto dinamita porque se cree la tonta idea de que hay “tesoro” ahí escondido”, informó Rocío Moreno.
La historiadora usó como ejemplo el libro que creó el investigador Juan Alfredo Morales del Río, “Los petroglifos de los pueblos ribereños del municipio de Poncitlán”, en el que se documentó cómo existían piedras enormes de petrograbados y que ya en la actualidad no las hay.
Estas piedras que han sido dinamitadas se han extraído y se las han llevado a sus casas y de ahí se enlaza otro problema: “Hay muchísimo mercado negro dentro de estas piezas, muchísimo norteamericano y por supuesto también nacionales se han dispuesto a pagar por estas piezas. Parece ridículo, pero están dispuestos pagar miles de pesos por estas piezas que sólo se pueden obtener de esta manera”, señaló la historiadora.
La importancia de preservar estos espacios es porque “ahí está el ombligo, ahí está la huella más antigua, milenaria de los pueblos, entonces es como la muestra más significativa sobre todo para la comunidad de Mezcala, pero también para la región y también para el país de dar muestra de que las civilizaciones antiguas, las civilizaciones prehispánicas estuvieron presentes muchos milenios de años antes de la llegada de los españoles”, enfatizó Rocío.
Sobre las afecciones que pueden conllevar la destrucción de estos espacios, la historiadora señaló que “Le afecta en su memoria. No hay un conocimiento de su origen, de sus raíces. Una persona sin ese conocimiento, sin sus raíces, simplemente no va poder posicionarse en el presente, de proyectar un futuro ideal… Pero las personas que conocen su historia, pasado, sus orígenes, resguardan estos espacios, estas huellas del pasado, se posicionan de una forma distinta en su comunidad, en su estado y en su país”.
Sobre la participación de las autoridades la historiadora dijo que no tienen una cultura para el rescate para la conservación de estos patrimonios. “El INAH Jalisco, en primera instancia Secretaría de Cultura, incluso hasta Secretaría del Turismo, por supuesto ayuntamiento de Poncitlán tendrían que realizar distintas acciones para poder concientizar a la población y saber la importancia de estos espacios”.
Por su parte, las comisiones comunitarias han comenzado sus trabajos y son ellas las que se han encargado de hacer recorridos territoriales para preservar parte de su patrimonio, además de que la historiadora Rocío Moreno está implementando talleres de historia en el comedor comunitario Paraje Insurgente.
Lo primero que se tendría que hacer para preservar, la historiadora señaló que es importante hacer conciencia de lo que son esas piezas, de lo que representan para su pueblo y que tendría que ser la misma gente la que vigile ese espacio como lo han hecho distintos pueblos en el país.
Así entre los daños que provocan los jóvenes, el saqueo que se hacen para vender las piezas al mercado negro, el olvido de las autoridades, la falta de educación a los pobladores este patrimonio se encuentra desprotegido.
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