La desgracia de México, el cartel del gobierno
Las elecciones para elegir a los gobernantes es un mero trámite que se debe cumplir, porque todo indica que los grandes electores son los grupos de poder, entre ellos el narcotráfico.
Ejemplos son varios y basta la fotografía que presentó Ciro Gómez y que se ha hecho viral donde aparecen gobernadores con el recién presidente en 2012, Enrique Peña Nieto. Han pasado cuatro años y varios de ellos han caído en desgracia, como Fausto Vallejo, exgobernador de Michoacán, a quien se le criticaba por sus vínculos con el narco y que después del video en el que aparece su hijo, Rodrigo Vallejo, con un líder del cartel de aquella zona, tuvo que dejar el mandato a medio camino. El impacto inmediato fue perder la gubernatura.
Otro de los gobiernos actuales salpicado por sus vínculos con el narcotráfico es el de Roberto Sandoval, de Nayarit. Su fiscal, Edgar Veytia, que hasta enero era considerado como uno de los posibles candidatos a sucederlo, fue apresado en días recientes en Estados Unidos por sus nexos con un cartel del occidente del país.
A Rodrigo Medina, exgobernador de Nuevo León, se le sigue una investigación por daño al patrimonio del estado. Lo mismo pasa con los hermanos Moreira de Coahuila.
Gabriel Torres, en su artículo de Mileno Jalisco, habla de la captura de Tomás Yarrington y de Javier Duarte, finalizando con el siguiente cuestionamiento: ¿Y Emilio González cuándo?
Y así se pudiera seguir hablando de quienes gobiernan el país, que se han convertido una auténtica mafia. Para llevarse el dinero del estado, se crean empresas fantasmas. Las leyes laxas les permiten hacer cierto el refrán de “el que no transa no avanza”.
Nuestra triste realidad es que el narcotráfico ha infiltrado a las altas esferas de gobierno, y con Yarrington queda claro que financiaron parte de su campaña. Mientras siga habiendo instituto electoral patito “partidizado”, la fiscalización del dinero de las campañas será una buena intención.
Seguiremos jugando a la democracia, o sea la simulación, de que avanzamos, pero como dijo el presidente Peña Nieto “la crisis está en la mente”.
La corrupción seguirá siendo la madre de todas las desgracias, hasta de tener un cartel que gobierna.
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