Según lo comunicado por Francisco Javier Velázquez Fernández, la figura del Cristo de la Misericordia es un Cristo hueco; estaba relleno de periódico
Los fieles cargando al Señor de la Misericordia por las calles de la población. Foto: Miguel Cerna.
Miguel Cerna. – La agencia de Nextipac celebró el 25to aniversario de la llegada del Señor de la Misericordia a su comunidad con una procesión que llegó hasta la Parroquia del Señor de Monte de donde fue obtenido el crucifijo. Los fieles conmemoraron el suceso.
“Yo le cambiaba su sendal. Yo le maquillaba su carita, le echaba su aceitito cuando lo bajábamos, lo limpiaba muy bien y todo eso”, recordó José Ramírez Eugenio, de 65 años, uno de los promotores del traslado del Cristo.
“Hoy cumple 25 años que nos lo trajimos de Jocotepec. Este Cristo estaba adentro de donde salían los padres a oficiar las misas antes. Con este señor se persignaban. Eso nos lo dijo el sacerdote que estaba ahí, no me acuerdo quién era, y vino un obispo a entregárnoslo porque nosotros se lo pedimos a un obispo allá en Guadalajara”, rememoró José.
Con banderitas y velas de parafina, la comunidad se trajo al Cristo en procesión. Como para ese entonces no contaban con un templo, lo instalaron en frente, en un salón en donde los domingo se oficiaba misa. “Un sacerdote preguntó cómo queríamos ponerle, ‘no que el Señor de la Salud, no que el Señor del Perdón, no que es Señor del Sacramento’, y yo paré la mano y dije, ‘a mí me parece que se llame el Señor de la Misericordia para que nos tenga misericordia a nosotros”, narró Ramírez Eugenio.
Sus fiestas se organizaron por barrio. Durante el novenario, a cada barrio le tocaría rezar un rosario y la fiesta culminaría con una procesión en la que vendría el señor cura a oficiar la misa. Con el paso del tiempo, la fiesta se hizo popular, atrayendo gente de todo el municipio y de pueblos vecinos, como Esteban Reyes de Ajijic, quien se dijo muy devoto del Señor de la Misericordia.
El historiador Francisco Javier Velázquez Fernández, confirmó el relato de José Ramírez. El principal promotor fue Juan Manuel Elvira en el tiempo de cura Emeterio Ramos y del obispo Juan Navarro.
El señor de la Misericordia entrando a la iglesia.
Cuando se lo entregaron, “el [Juan Manuel] lo mandó remodelar. Era un Cristo muerto. Entonces tenía los ojos cerrados. En la remodelación, él lo mandó a retocar y pidió que le abrieran los ojos. Si ves la imagen, es un Cristo que tiene la mirada hacia abajo con los ojos abiertos, aunque originalmente los tenía cerrados, Juan Manuel dijo que se le hacía mal un Cristo muerto, que él quería un Cristo vivo que viera a la gente. Por eso le mandó a abrir los ojos”, explicó Francisco Javier.
Una de las principales dudas para el historiador era la antigüedad y el origen de la pieza; es decir, si correspondía a la misma madera con la que fueron hechos el Señor del Monte y del Guaje. Sin embargo, se descartó cuando le contaron que en la remodelación se dieron cuenta que era un Cristo hueco. “Cuando lo remodelaron, el artesano que hizo el trabajo sacó un puño de periódico del Cristo. O sea que por dentro estaba hueco. No vio la fecha de los periódicos para ver más o menos de que año era”, consignó vía telefónica.
José Ramírez Eugenio, quien disfruta de componer y cantar desde hace cinco años, le escribió una canción que le canta las mañanitas del “mero” día, a excepción de éste porque no lo pudieron llevar. José ya no puede caminar debido a un cáncer de próstata que le quitó gran parte de su movilidad.
“Señor, yo ya di mi granito de arena con todo lo que pude. Te cambiaba tu sendal, te organizaba tus fiestas. Ahí está señor. Ya ahora oigo que vienen las bandas, que viene con todo eso y a mí me da tristeza; pero a la vez me da gusto oír todo eso (cuetes y repiques al llegar la procesión a la capilla)”, concluyó José Ramírez.
El dato:
Estrofas de la canción que compuso José Ramírez Eugenio.
Otra vez ha llegado noviembre y tu fiesta ya se ha preparado.
Todos queremos verte contento, en la cruz donde te hayas clavado.
Hoy estamos de fiesta otra vez, tu colonia se viste de gala.
Ya la banda comenzó a tocar, mañanitas, el Sauz y la Palma.
Es tu fiesta mi Cristo Jesús, que cada año tú te la mereces.
Solo así te podemos pagar, el amor que a nosotros nos tienes.
Ya tu fiesta se ha hecho popular, en tu pueblo que ahora es muy grande.
Vienen gentes a tu recorrido, cuando vas a salir a las calles.
Tienden flores y aserrín teñido, para dar colorido a tu fiesta.
Que bonitas se ven las ofrendas, cuando alegres llegan a tu mesa.
Yo quisiera pedirte perdón, por el tiempo que yo te he ofendido.
Padre bueno de misericordia hoy me encuentro muy arrepentido.
Pero sé que me has de perdonar, para seguir siendo tu buen amigo.
Oh señor me despido de tú, tu bien sabes, Nextipac te quiere.
Y cada año que sea tu fiesta, estaremos contentos y alegres.
Para seguir por tu mismo sendero, que en la tierra tú mismo nos quieres.
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