Armando Salgado, director de Servicios Públicos municipales,reconoció que la Magisterial siempre ha sido una colonia olvidada. Sin embargo, destacó que en su administración “se les ha hecho más caso” porque están en contacto directo con él
En total, fueron depositados 50 viajes de siete metros cuadrados de residuos de construcción los que desaparecieron su “campito” y su parque de la colonia Magisterial. Foto: Miguel Cerna.
Miguel Cerna.- Desde hace 17 años, la falta de alumbrado público, la irregularidad en el servicio de recolección de basura y el suministro de agua potable; el mal estado de las calles, la descarga de aguas residuales y, recientemente, la invasión de sus áreas de esparcimiento con escombro, hacen sentir a los vecinos de la colonia Magisterial en el abandono.
En el fraccionamiento ubicado al poniente de la cabecera, justo detrás del Panteón Municipal, en el barrio conocido como La Calabaza, viven alrededor de 120 familias. La extensión total del polígono, de acuerdo al registro catastral, es de 84 mil 627 metros cuadrados, divididos en 228 lotes, algunos de ellos sin construcción.
Un hombre de 76 años, cuyo nombre prefirió omitir, relató que fue el primero en establecerse en el lugar en el año 2000. Por ser exclusivo de los trabajadores de la educación, imaginó que sería un lugar tranquilo. Sin embargo, manifestó que son muchas las problemáticas que los aquejan desde su fundación. “En realidad no tenemos un buen servicio del gobierno”, comentó.
La situación se ha agravado desde hace aproximadamente seis meses, cuando vieron cómo los camiones de volteo del ayuntamiento empezaron a depositar en el área que usaban de esparcimiento el escombro que generaba la rehabilitación de diferentes calles de la cabecera, como la Degollado y la Morelos.
“Antes todo eso era un campito de fútbol donde jugaban los muchachos y hasta las señoras. Luego, al parque ése se venía la gente a comer y ahora ya no hay ni alambre, ya se lo robaron” (sic), señaló apuntando el “tierregal”, es decir, los montones de desechos.
Los restos de concreto, asfalto, tubos y demás materiales retirados de las obras que colocó el ayuntamiento, propició que el lugar fuera ubicado como un tiradero, por lo que contantemente acuden vehículos particulares a tirar basura, animales muertos (como gallos y perros) y cualquier tipo de residuos inservibles. A la una de la tarde del 11 de enero ya habían acudido dos camionetas al nuevo tiradero.
Juan Manuel García Escoto, director de Obras Públicas del municipio, reconoció la invasión del terreno pero aclaró que lo tomaron de forma temporal. “Estuvimos utilizamos nosotros, temporalmente un espacio, que no sabemos ni de quien es”, apuntó el funcionario en entrevista con Laguna.
En total, fueron depositados 50 viajes de siete metros cuadrados de residuos de construcción los que desaparecieron su “campito” y su parque. Se detuvieron porque la situación se les salió de control porque sin querer, habilitaron un basurero, además de las constantes quejas de los vecinos a través de las redes sociales y de forma presencial.
García Escoto informó que la totalidad del escombro será retirado. Una parte irá al vertedero municipal y otra al libramiento, donde se usará para darle una mejor vista a los taludes de los retornos. Aunque no precisó una fecha, consideró que los trabajos se pueden realizar en una semana, solo es cuestión de coordinar con los camiones y la maquinaria. Tentativamente sería en el mes de febrero.
Otra de las necesidades que expresaron los habitantes de la Colonia Magisterial en el rubro de las obras públicas es la rehabilitación de la calle que conecta con el barrio de La Calabaza. Aunque oficialmente la entrada al fraccionamiento está por el crucero, es poco utilizada esa vía porque “rodea mucho”. Tanto los vecinos, especialmente los que se trasladan a pie, como vehículos de todo tipo, transitan por ese paso que aunque no está registrado como tal, está alineado con la calle José Santana, en donde se construye la nueva sección del panteón.
Los colonos solicitan al ayuntamiento una calle transitable con banquetas, para garantizar la seguridad de los peatones. Para el director de Obras Públicas, la solución no es tan sencilla porque la calle no aparece trazada en los registros de catastro. Por lo que explicó que primero se tiene que rehacer el trazo de toda la zona para definir por donde es más viable la conexión. Además de buscar un proyecto que permita bajar recursos económicos para construirla.
En contraste, los vecinos resaltaron la realización de obras públicas en otras colonias más jóvenes, como en El Carrizal, en donde el pasado 12 de enero se inauguraron tres obras de rehabilitación de superficies de rodamiento con empedrado ahogado y asfaltado, con una inversión de más de 6 millones de pesos.
La histórica irregularidad de los servicios públicos
Los habitantes de la Colonia Magisterial se sienten abandonados porque a veces recogen su basura y a veces se les olvida. A veces se les suministra agua y otras veces se les olvida. Incluso olvidaron que ahí viven muchos niños y jóvenes que asisten o regresan de sus planteles educativos a oscuras, porque solo sirve una lámpara por el acceso de atrás del panteón.
El día cinco de enero, que Laguna se reunió con una decena de los vecinos, hacía una semana que no pasaba la basura. El olor que despedía, lo comprobaba. Para evitar que los perros callejeros regaran la basura y ensuciarán más sus calles, durante esa semana la sacaban temprano y la volvían a meter por la noche. Y así pasa con frecuencia.
Por su parte, Armando Saldaña, director de Servicios Públicos negó que el servicio sea irregular, pues manifestó que la recolección de basura se hace tres veces por semana; los martes, jueves y sábado.
El suministro de agua tiene la misma dinámica. Se les “tandea” por determinadas horas cada tercer día. Para las familias de más de tres integrantes, el abasto les es insuficiente, por lo que en ocasiones se ven en la necesidad de pagar pipas con un costo aproximado de 350 pesos que cubren entre varias familias para asegurar su demanda de agua. Otros han instalado contenedores fuera de sus casas para almacenar el líquido.
El desabasto de agua potable ha sido un problema constante desde su fundación. Sin embargo, pensaron que se solucionaría en la administración de Jesús Palos Vaca (2006), cuando aportaron aproximadamente mil 800 pesos por familia para la construcción de su propio pozo de agua.
Efectivamente, el pozo se construyó pero el gusto de tener agua todos los días y a todas horas duró muy poco. Después de dos meses de operación, el pozo dejó de funcionar porque se secó. Eso les dijeron las autoridades.
Los vecinos creen que dejó de salir agua de su pozo porque al lado de su colonia se encuentran diferentes campos de cultivo de berries que acapararon el líquido. La bomba y el transformador que compraron desaparecieron.
No conformes, todos los días tienen que soportar el pestilente olor que despiden sus desagües. Ellos han sido testigos como desde las seis de la mañana se forman las pipas cargadas con aguas residuales de una importante empresa productora de berries, para descargan en su red de drenaje y alcantarillado. Como la práctica ya tiene años, y para facilitar el trabajo, fue retirada la tapa de concreto del registro y sustituida por una de lámina, otros señalan que fue porque se les cayó para adentro.
Mediante fotografías y videos, los colonos han documentado las descargas. Así mismo, manifestaron desconocer si existe un acuerdo entre el ayuntamiento y la empresa.
Por las noches, su fraccionamiento se convierte en “una boca de lobos” por la carencia de alumbrado público. Los padres de familia tienen que encaminar a sus hijos para que asistan a la escuela, especialmente a los que asisten al turno matutino.
Una mujer de 23 años compartió que lo que más le da miedo cuando regresa a su casa por las noches es caerse en los socavones o que le den un susto. Por cuestiones personales y laborales, vuelve a su vivienda después de las 10 de la noche, la mayoría de veces, sola.
Vandalismo, drogadicción, asaltos y robos, son algunos de los efectos de la penumbra en la que viven, donde sólo funciona una lámpara. A pesar de que han sido remplazas en distintas ocasiones, “Son los mismos mariguanillos los que las quiebran”, apuntó uno de los vecinos.
Una vecina de la calle Paseo de los Claveles, año con año, tiene que pintar su barda porque es bandalizada. En una ocasión hasta mandó a uno de los perpetradores a la cárcel porque lo vio en acción.
Armando Salgado, director de Servicios Públicos municipales, comunicó que la reparación de lámparas se hace por año, es decir, se espera a que se junten alrededor de 250 bombillas averiadas para sustituirlas. Sin embargo se comprometió a reparar “al menos dos lámparas a la brevedad”. Según sus cálculos, le cuesta al municipio 4 mil 800 pesos la instalación de cada una.
Salgado reconoció que la Magisterial siempre ha sido una colonia olvidada. Sin embargo, destacó que en su administración “se les ha hecho más caso” porque están en contacto directo con él.
La unión hace la fuerza
Convencidos de que la solución a diversas problemáticas no puede correr únicamente a cargo de las autoridades municipales, los vecinos se organizaron y salieron a limpiar su colonia. Además, conformaron un consejo vecinal para atender y darle seguimiento a futuros problemas que tengan que enfrentar.
En punto de las 17:30 horas del pasado sábado seis de enero, una veintena de colonos desde niños hasta adultos mayores, con bolsa en mano, salieron a recoger la basura que ellos no tiran. Frente a ellos, mientras recolectaban empaques plásticos de productos, desechables y demás residuos, una camioneta particular, arrojó sus desechos entre los escombros.
En su primera sesión involuntaria como Consejo Vecinal, los participantes acordaron actuar en colaboración por encima de los intereses personales, con el objetivo de garantizar una mejor calidad de vida. De la misma forma, se dijeron dispuestos a aportar dinero si se les requiere para cualquier arreglo.
Sus exigencias son claras:
1.- Que se retire el escombro y les devuelvan su área de esparcimiento (si es posible que se construya un parque en forma).
2.- Una calle “digna” con banqueta que conecte con el barrio de La Calabaza.
3.- Restablecimiento del alumbrado público y regularidad en los servicios de recolección de basura y suministro de agua.
4.- El cese de las descargas de aguas residuales en su red de drenaje y alcantarillado.
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