Entre aplausos y porras, sus alumnos, compañeros y familiares despidieron a la maestra de la vida laboral
La maestra Yrene Miranda acompañada de su esposo Raúl García Martínez y sus hijos. Foto: Miguel Cerna.
Miguel Cerna.- Después de 36 años de servicio en la docencia, Yrene Miranda Navarro decidió jubilarse. Acompañada de sus alumnos, compañeros de trabajo y familiares, la maestra celebró la nueva etapa de su vida con una misa de acción de gracias y una comida.
A pesar de que fue una decisión “difícil” y “dolorosa”, la también directora de la primaria José Santana aseguró que ya es tiempo de jubilarse. “Me siento contenta. Contenta porque hay que dejar que gente joven llegue con aires frescos, con más competencias digitales”, comentó.
Los festejos iniciaron a temprana hora del jueves 22 de marzo en la escuela que dirigía, en la que a las 8:30 de la mañana se despidió del alumnado. Muchos de los niños le entregaron una flor en gratitud a su labor.
La maestra Yrene exhortó a sus “queridos alumnos” a que se sigan preparando, “que le sigan echando muchas ganas”. Mientras que a los docentes les recomendó mostrar su sentido de responsabilidad, disposición y la aplicación de “la ética profesional que los caracteriza para formar generaciones que sean útiles a la sociedad, a su comunidad, a Jalisco, y a la patria. Esa es la finalidad de los maestros, formar generación útiles porque si no nuestra labor perdería su esencia”, consignó.
Además de los 37 años en la educación (de 1981 a 2018), Yrene Miranda trabajó 10 años en el ayuntamiento de Guadalajara, así como otros seis en diferentes notarías como secretaria, por lo que su vida laboral se extendió por más de 50 años.
Durante el sermón de la misa que se celebró al mediodía en el Templo del Señor del Monte y que fue abarrotado por alumnos, compañeros docentes, familiares ya amigos, el cura Jesús Quiroz Romo elogió la labor social que hizo la maestra Yrene Miranda en sus 37 años de servicio.
El sacerdote definió el ser maestra con una actividad específica que es el ejercicio del amor. Según Quiroz Romo, la docencia está muy relacionada con la religión católica por que exigen “auténticos servidores y no hay mayor servicio que esculpir la mente de los niños”.
El cura confesó sentir “envidia de la buena”, porque de joven soñó con ser maestro, pero gracias “al peor consejo de su vida”, desistió del intento porque era una profesión poco remunerada, por lo que recomendó a los niños, a no buscar el dinero, sino la satisfacción personal en una profesión para “servir” a los demás.
Con un emotivo discurso de agradecimiento en el templo, Miranda Navarro expresó entre lágrimas el dolor que le representó tomar la decisión de jubilarse. Entre aplausos y porras, sus alumnos, compañeros y familiares despidieron a la maestra de la vida laboral.
Por su parte, su esposo y también maestro jubilado, Raúl García Martínez, se dijo gustoso con la decisión que tomó su esposa, pues aseguró que se ha pasado casi toda la vida trabajando. “Vamos a viajar. Dicen que no hay que cuidar nietos, pero también vamos a cuidar nietos”, compartió García Martínez.
La maestra Yrene Miranda Navarro empezó su labor en las aulas en 1981. Ahora a 37 años de ello consideró que su mayor aprendizaje derivado de la convivencia con los niños es el valor de la tolerancia, porque “enseñando se aprende y aprendiendo se enseña”; aunque últimamente la situación de corrupción, impunidad e injusticia que se vive en el país la tiene preocupada.
“Hay momentos en los que soy sumamente intolerante sobre todo ahorita con tanta corrupción y tanta impunidad, con un Duarte que les daba agua destilada a los niños con cáncer, con “la gaviota” y su casa blanca, y que no pasa nada. A mí esto sí me mortifica, porque el hartazgo puede desencadenar un movimiento social que a nadie beneficia”, concluyó.
La celebración concluyó con una comida en la que se invitó a funcionarios públicos, docentes, directores y demás miembros de la estructura estatal de la Secretaría de Educación Pública de Jalisco.
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