Trabajadoras del campo comentaron que la mayoría de veces los menores de edad trabajan por necesidad o porque ya tienen la responsabilidad de mantener a sus hijos
Personas en la recolección de “Berries”. Foto: Cortesía.
Redacción.- La encargada del rancho y la madre de uno de los menores desmintieron la versión de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Jalisco (STPS), quienes publicaron que durante un operativo para verificar las condiciones laborales de los trabajadores en centros agrícolas de Jocotepec, detectaron a menores de edad laborando. Además, denunciaron intimación y malos tratos.
La encargada del personal del rancho agrícola ubicado en San Cristóbal Zapotitlán, Cecilia Catalina García Godoy, quien aparece en la foto publicada por la dependencia gubernamental, informó que los dos adolescentes de 15 años de edad no trabajaban de planta como piscadores. Uno fue a cubrirla a ella y el otro a acompañar a su mamá, ambos con el consentimiento de sus madres.
Catalina García narró que como ese día le tocó a su familia el día en una fiesta religiosa de su comunidad, se tuvo que ausentar por unas horas, por lo que la madre de uno de los menores le solicitó su autorización para que su hijo trabajara en su lugar.
Junto con el Secretario del Trabajo, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, trabajaron en el operativo personal del DIF, Ministerio Público, Policía Investigadora y del Seguro social. “En ese momento me aborda un güero de ojos azules, que según me dijeron era el mentado Nájera y me dice: ‘¿Por qué tiene trabajando aquí esos menores, esos niños?’”.
Aunque la encargada contestó que no trabajaban ahí, el secretario le insistió que confesara que tenían dos meses en la pisca. A lo que García Godoy se negó debido a que en abril iniciaron el corte de frambuesa. “Me gritó. Yo le dije que no me gritara. Él a fuerzas quería que dijera que tenían más tiempo. ¿Cómo les voy a decir que más tiempo si no es cierto?”, apuntó.
Bertha Gómez, la madre de uno de los menores detectados por la STPS, aseguró que su hijo no trabaja en el rancho. Ella lo ofreció de apoyo para irlo motivando y enseñarle a ganar el dinero porque su hijo abandonó la escuela en el segundo año de la secundaria.
“Ya cuando me hablaron, vine y ¡ay dios!, di que venían a agarrar al Chapo Guzmán. Y fíjate que yo lo que les alegué. ¿Esa ley quién se las firmó, nomás por poner la ley? Porque yo digo eso no está bien. Está propiciando a tener delincuentes a futuro. Si no quieren estudiar, ni modo que a fuerzas”, narró indignada.
Para la progenitora, la Ley General del Trabajo, en el Artículo 175, que establece la prohibición del trabajo de menores de 18 años en cualquier actividad agrícola, está muy mal porque no se pide el consentimiento de la madre ni se evalúa la situación de la familia.
En su caso, Bertha comentó que llevó a su hijo a trabajar, no para que la mantenga, sino para que él piense y valore su vida, pues temió que su hijo se convierta en “parásito” que nada más esté acostado en la casa, sin estudiar ni trabajar.
La trabajadora del campo comentó que a raíz de la visita de la STPS, su hijo se ha ido de su casa sin permiso, por lo que consideró que perdió su autoridad como madre y perdió parte de lo que le había inculcado durante 15 años.
“A raíz de eso, mi hijo se me ha ido sin permiso dos veces. Una vez se me fue a Jocotepec sin avisarme y otra a San Luis Soyatlán y no regresó [a dormir]. Me están quitando mi autoridad como madre. Yo quiero que mi hijo no sea un parásito, que mi hijo sea algo bueno en la vida. Dejarles un buen muchacho para la sociedad. Yo me voy a morir, él se queda. ¿A qué lo voy a dejar?”, apuntó.
Catalina, la encargada del personal, compartió que fue la policía quien le advirtió sobre posibles altas sanciones económicas por emplear a menores de edad, a lo que ella ofreció que trabajaran la parcela porque como iban iniciando en la producción de berries, no tenían dinero.
“Obviamente yo necesito sacar mi trabajo, y si en este caso las mamás de esos dos adolescentes quieren que se pongan a trabajar, porque no estudian ni hacen nada, pues quieren que trabajen. Entonces, ésa es la realidad. Esos muchachillos, uno vino a echar la mano y el otro vino con su mamá porque vienen a traerle de comer a veces”, consignó.
La madre de familia consideró injusto el trato que recibieron ella y su hijo por parte de las autoridades, porque no se trató de una redada en la que detectaron a una gran cantidad de menores trabajando, sino dos que asistían de vez en cuando.
Bertha consideró que no es una explotadora ni que puso a su hijo a hacer algo malo. Al contrario, trató de encaminarlo en una actividad productiva para que él decida si quiere estudiar o trabajar en el campo.
La trabajadora no entiende la utilidad de la ley porque para ella a futuro generará delincuentes protegidos por el gobierno. “Pon que la mamá del niño no está de acuerdo. Que vayan e investiguen a los que maltratan, porque te digo, si van al pueblo a preguntar quién soy, más de alguna persona te va a decir ‘ella se ha partido la ‘madre’ por sus hijos”, concluyó.
Las trabajadoras del campo comentaron a Laguna que la mayoría de veces por la que los menores de edad trabajan es por necesidad o porque a esa edad ya tienen la responsabilidad de mantener a sus hijos.
“Yo empecé desde los 12 a trabajar en el campo, saliendo de la primaria. Ahorita tengo 37 años y nunca demandaron a mi mamá. Nadie. ¿Por qué hasta ahora? No trabajé porque me gustó, sino porque no había dinero para darnos a todos. Cuando menos me alcanzaba para comprar mis zapatos. Por eso sigo trabajando, porque no quiero que mis hijos las carezcan las cosas como yo lo carecí” (sic), comentó otra de las trabajadoras.
Finalmente, Cecilia Catalina Godoy compartió que ese rancho sirve como un doble trabajo para los piscadores, pues van después de salir de su trabajo de planta. La encargada aseguró que seguirán con las puertas de su rancho abiertas porque no tienen nada que esconder, pero reprobó la conducta de las autoridades y la forma en que dañaron su imagen y la de sus trabajadoras.
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