El padre Carlos Alberto es originario de Villa Corona, Jalisco
El padre Carlos Alberto Covarrubias Divicente. Foto: Laguna.
D. Arturo Ortega (Ajijic, Jal).- Ser un puente entre la comunidad para que los ajijitecos conozcan a Cristo será la misión del padre, Carlos Alberto Covarrubias Divicente, de 37 años de edad, quien fue recibido de una manera calurosa durante su bienvenida a la parroquia de San Andrés donde se celebró su quinto aniversario de ordenamiento sacerdotal, el 8 de junio.
De tez clara y complexión robusta, el padre Carlos Alberto se autodefine como expresivo y de carácter alegre, aunque a veces ha tenido momentos de carácter sobre todo cuando estuvo a cargo de una capilla en Tlajocmulco. Es aficionado al ciclismo, a la guitarra y a la comida como al cine italiano.
El padre que cambio la computadora por la sotana tras haber estudiado seis meses la ingeniería en computación, dijo haber recibido el llamado de Cristo cuando acudió a un retiro juvenil.
El acercamiento de Carlos Alberto con Cristo inició a los 20 años cuando sus padres empezaron a involucrarse con las celebraciones cristianas y luego de haber formado parte de un coro a la edad de 23 años ingresó al Seminario Diocesano, en Guadalajara a pesar de las recomendaciones de sus padres para que su único hijo concluyera sus estudios de ingeniaría.
Después de 10 años, Carlos se ordenó como sacerdote, seis días antes de cumplir los 33 años de edad, reconociendo que en su preparación tuvo que pasar por muchas pruebas, aunque también el servicio a Dios le ha brindado muchas alegrías.
En los momentos difíciles, Carlos ha sido inspirado por la lectura de San Lucas que dice que “ni siquiera el hijo del hombre tiene su cabeza donde recostar” lo cual le ha hecho comprender que la vida del sacerdote es predicar en muchos lugares y conocer personas.
La primera parroquia a la que sirvió después de su ordenamiento fue en Atemajac del Valle, en el municipio de Zapopán donde logró programar una página para facilitar documentos a la comunidad.
En el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en la comunidad de Chulavista, Tlajomulco, logró concretar el proyecto de la construcción de la casa para el sacerdote y continuaría con la construcción de algunos salones, cuando el Cardenal ordenó su cambio a Ajijic.
De Tlajomulco, el padre Carlos recuerda que los padecimientos de la violencia y la drogadicción en los jóvenes son fuertes, que logró tranquilizar con las procesiones del santísimo.
La primera impresión del padre Carlos Alberto cuando vio la parroquia de San Andrés, es que el recinto es grande, muy bonito y su gente es muy cálida, aunque nunca visitó con anterioridad la comunidad, que describe como muy tranquila durante las noches y no así durante los fines de semana, cuando recibe más visitantes.
Al padre Carlos ya le encomendaron hacerse cargo de la capilla de Guadalupe además de los grupos de jóvenes acólitos y adoración nocturna. Dentro de sus proyectos se encuentra conformar el grupo de pastoral vocacional con los papás de los acólitos.
El padre Carlos habla italiano luego de su estadía en Italia por un año, pero le gustaría aprender hablar inglés, ya que otro proyecto que le ve oportunidad de crecimiento es formar grupos pastorales con la comunidad extranjera.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala