Gastón no es gastalón
Por: Santiago Baeza
El panorama futuro para el apoyo a iniciativas culturales en el municipio de Chapala podría parecernos sombrío, pues parece que tendremos una administración municipal muy austera, por varios motivos.
Si de por sí los recursos que históricamente se le han destinado a la Dirección de Cultura nunca son suficientes para lograr una mínima parte de lo que los artistas y promotores culturales de esta ribera solicitan, ante la actual carestía del nuevo ayuntamiento, se puede prever que en este nuevo periodo la posibilidad de apoyar con recursos económicos desde el gobierno las iniciativas ciudadanas, será aún más lejana.
Por una parte, el gobierno federal, en su afán centralista y monopolizador de recursos, está asfixiando financieramente a estados y municipios, principalmente aquellos que no le dieron el voto a MORENA en las pasadas elecciones locales y ese es el caso de Jalisco y Chapala.
Por otro lado, no olvidemos que el pasado gobierno municipal entregó una administración sin recursos y con tantas deudas, que incluso se tuvo que instalar por algunos meses una planta eléctrica de gasolina para abastecer de energía al palacio municipal, ya que la CFE tuvo que desinstalar su medidor ante la falta de pago. Sin embargo existe la posibilidad de que al final las cosas salgan bien para Chapala y su apuesta cultural, pues Moisés Anaya, el alcalde, tuvo lo que hasta ahora parece la buena iniciativa de invitar a un perfil adecuado para esta dirección.
Gastón de la Torre no es artista ni tampoco promotor cultural, pero sí es un profesional; es inteligente; tiene una visión crítica y aguda; su necedad es también tenacidad; tiene interlocución y trae las pilas puestas.
De manera discreta, sin tanto bombo y platillo, se ha venido reuniendo con diversos actores de la cultura local, primero que nada, para confirmar que no hay recursos, lo cual me agrada porque está hablando con honestidad. Pero también para ofrecer gestiones y para solicitar a los artistas una mayor creatividad para poder trabajar en conjunto con la comunidad por un mayor desarrollo cultural, principalmente en las delegaciones más olvidadas, fuera del eje turístico.
Debido a la crisis financiera del ayuntamiento, Gastón aceptó donar a la institución sus primeros tres meses de un sueldo que tampoco es tan oneroso. Eso habla bien de él. También se que se ha hecho de un equipo de trabajo conformado por gente trabajadora, artistas comprometidos con su comunidad.
A pesar de la adversidad, ya tuvimos la oportunidad de apreciar en la antigua alcaldía, una magnífica exposición de quien es a mi gusto uno de los tres fotógrafos más importantes de Jalisco, Luis Caballo, con una selección de exquisitos desnudos capturados en el parque surrealista de Xilitla. Es de esperarse que ese nivel de calidad se mantenga en los espacios culturales que administra el municipio.
Con esa actitud, nuestro flamante director está generando la simpatía y la solidaridad de artistas y promotores culturales ribereños. Se de buena fuente que incluso ya hay quienes se están anotando para realizar talleres y actividades en delegaciones como Atotonilquillo y Santa Cruz de la Soledad de manera voluntaria.
No cabe duda de que las crisis son también grandes oportunidades de cambio. Antiguos regímenes inculcaron en el actor cultural la idea paternalista y clientelar de que el (papá) gobierno proveería para subsidiar sus necesidades (tiempos que parecen volver con AMLO). Y aunque la comunidad artística de Ajijic, San Antonio y Chapala es pujante y poderosa, de una u otra forma también está acostumbrada a estirar la mano para pedir.
Yo siempre he sido de la idea de que la cultura no es propiedad del gobierno, sino de la sociedad. A ella y no al gobierno le corresponde decidir qué consume. Por lo tanto el gobierno no puede ser ni rector, ni patrocinador único de la cultura, pues la experiencia nos dice que la corrompe.
Pero en todo caso sí hay una responsabilidad por parte del municipio y esa la defino yo como una procuraduría de cultura, más que una dirección, pues no dirige, sino procura. Es decir, genera las condiciones para que la sociedad tenga acceso en dos vías: disfrute y aportación. En este sentido, creo que Gastón está haciendo lo correcto.
Si el señor de la Torre logra implantar su propuesta, si no se sale del guión o se distrae en la grilla o en el confort, pudiéramos estar en la antesala de un momento histórico para el municipio en el que los artistas y promotores harán fila ante la dirección de cultura, no para pedir, sino para preguntar en qué colaboran. Se vale (y se debe) soñar.
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