Más de 175 incendios del 2013 al 2018, tala de más de casi tres mil árboles y la contaminación de la cuenca Los Sabinos, son parte de la degradación del Área Natural Protegida (ANP).
El fotógrafo Santiago Arau captó vía aérea una parte de los cerros donde se ubica el polígono del área natural protegida.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal). – Hace seis años, el Gobierno del Estado de Jalisco declaró Área Natural Protegida (ANP) y de Protección Hidrológica, al polígono del Cerro Viejo, Chupinaya, Los Sabinos, ubicado en una parte de los cerros de Jocotepec, Chapala, e Ixtlahuacán; sin embargo, desde aquel 21 de mayo del 2013, cuando se firmó el acuerdo, poco o nada se hecho para evitar la deforestación de la zona.
Es decir, con todo y acuerdo firmado, se han documentado invasiones por parte de fraccionamientos, incendios, cacería, contaminación de afluentes de agua y perturbación de flora y fauna, en muchas ocasiones con complacencia de las autoridades.
Y eso, que, de acuerdo con lo publicado en el periódico oficial en el 2011, las entidades municipales y afines tenían 60 días para ya no permitir u otorgar ningún permiso debido al proyecto del ANP que se avecinaba. Han pasado poco más de siete años y las invasiones en lugar de disminuir siguen aumentando.
Un ejemplo, son los fraccionamientos Las Minas, Chula Vista Norte Sección II, Colinas del Lago de San Antonio y Lake Chapala Hotel and Casino Resort, construidos en una parte del Área Natural Protegida de los cerros de Chapala, en alrededor de 100 hectáreas de ésta.
Si de invadir se trata, los municipios de Chapala, Jocotepec, Ixtlahuacán de los Membrillos y Tlajomulco de Zúñiga se las han ingeniado para hacerlo. Basta un paseo en lancha y voltear la vista a los cerros para ser testigo de lo devastado y construido.
Sin embargo, no siempre las autoridades han sido omisas, pues desde el 26 de septiembre de 2016, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROEPA) ha clausurado al menos 13 obras por falta de las autorizaciones en materia de impacto ambiental.
Actualmente, existen diversos proyectos inmobiliarios que se pretenden realizar dentro del ANP o en los límites, como el Fraccionamiento Universidad, ubicado por carretera Guadalajara-Chapala, a un costado del fraccionamiento “Brisas de Chapala”, en el cual se están vendiendo lotes, pese a estar en zona forestal.
Es más, del 2013 al 2018, suman 175 incendios además de casi tres mil árboles talados, prueba de lo poco que ha servido la protección.
No obstante, los primeros registros que se tienen en Cerro Viejo sobre tala clandestina, a gran escala fueron en el 2012, de acuerdo con una denuncia penal presentada ante la Procuraduría General de la República (PGR) por cortar dos mil 650 árboles.
En lo que respecta a los incendios forestales, fueron los años 2013, 2018 y 2019 los más afectados, en el 2013 se reportaron 150, más del doble de los 62 incendios que se presentaron en el 2012.
En 2018, la Coordinación General Estratégica de Gestión del Territorio (CGEGT), registró 16 incendios en el ANP que afectaron a 355.62 hectáreas del territorio.
A esto, se suman los incendios que van en el 2019 y que han sido los más documentados, pero también es donde más difieren los datos. Por su parte, la CGEGT registró dos incendios con una afectación de 324.64 hectáreas, mientras el municipio de Chapala reportó un solo incendio en la Sierra del Travesaño (área de su injerencia), con una superficie afectada de 920 hectáreas de terreno.
Para colmo, en el año de 2014, ni la CGEGT mediante el Cetro Estatal de Manejo de Fuego ni ningún municipio que integra el ANP, hicieron registro de los incendios.
El 2015, según los registros, fue el año en que menos hectáreas se han visto afectadas dentro del ANP, pues únicamente se dieron dos que afectaron 8.5 hectáreas.
El daño a la ANP no sólo ha sido con tala ilegal y quemas forestales, en cuestión hidrológica, los sabinos que crecen en los límites del arroyo del mismo nombre se están muriendo, pues las aguas residuales de Ixtlahuacán de los Membrillos y Jocotepec que caen al lago de Chapala y al arroyo los está matando.
Esos cientos de árboles Sabinos que crecen unos detrás de otros y que forman una inmensa línea de verdor, son conocidos por los locales como la Serpiente Verde, la cual a falta del tratamiento de aguas de los municipios está agonizando.
El arroyo o cuenca hidrológica Los Sabinos, inicia en Ixtlahuacán de los Membrillos, pasa por los cerros de Chapala y termina en Jocotepec para finalmente desembocar sus aguas al rio Santiago y otra parte a la Laguna de Cajititlán
Ante dicha problemática, el Ayuntamiento de Ixtlahuacán de los Membrillos informó, vía transparencia, que realizó un diagnóstico de las plantas de tratamiento dentro del municipio, pero no brindó información clara al respecto, en conclusión y sin dar datos, se limitaron a responder que trabajarían en su mejoramiento.
Por su parte, el municipio de Jocotepec respondió vía transparencia que debido a la falta de presupuesto las plantas de tratamiento de Trojes y Potrerillos no se encuentran en servicio, sin embargo, ya se trabaja en la negociación de la deuda de 14 millones de pesos que tienen con la Comisión Estatal del Agua (CEA) y así hacerlas funcionales.
Mientras tanto, la población de tortugas, los árboles de Sabino que se dan en los límites del arroyo, además de las Popochas de la laguna de Cajititlán, siguen muriendo debido a la contaminación de aguas negras y que pese a las celebraciones como el día Internacional del Medio Ambiente, que se conmemora cada cinco de junio, no han podido detener.
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