La fisiología del pez no lo hace atractivo al ojo humano, pero tampoco lo hace sus espinas y sus placas óseas, por el contrario, sus espinares dorsales son capaces de matar hasta un pelícano y muchas otras aves
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Debido a que la presencia de Pez Diablo, en el Lago de Chapala, representa una amenaza para las especies de peces nativos, una de las alternativas para deshacerse del mismo, es producir harina capaz de usarse como alimento en granjas acuícolas.
Es decir, de esa forma se tendría un subproducto con valor agregado y que puede ser rentable en caso de que la especie comience a establecerse en el lago, ya que es una especie que prolifera fácilmente y son pocos los usos que se les pueden dar -y más si estos son adultos-. No obstante, el municipio de Jamay se está produciendo harina de Tilapia.
Los plecos o pez diablo son una grave amenaza para el vaso lacustre, no solo porque se comen los huevecillos de otras especies y compiten por las algas, sino porque buscan lugares donde hay vegetación para usarlos como sitios de anidación, es decir, el lugar donde se encontró el ejemplar (San Antonio Tlayacapan) es uno de los mejores sitios por la presencia del tular.
Pero podrían provocar la erosión del suelo debido a que este pescado puede cavar hasta un metro y medio de profundidad para poder anidarse y perturban la estabilidad de las riveras.
Al pez -que es originario de la cuenca de las amazonas en Sudamérica y que pertenece a la familia Loricariidae- se le conocen por lo menos 680 especies. En México, se registró en cuerpos de aguas hasta 1995 en el río Mezcala, en la cuenca del río Balsas.
Una de sus características, aparte de su reproducción precoz, es que sus hábitos nocturnos las hacen imperceptibles y son extremadamente adaptables al medio ambiente, por lo que tiene características que otros peces no tienen.
“Algunos son tolerantes a la salinidad y su gran estómago vascularizado (que contiene gran cantidad de vasos sanguíneos) funciona como pulmón, permitiéndoles respirar aire atmosférico en condiciones de hipoxia (que es la privación del suministro adecuado de oxígeno) y resistir la desecación durante varios días”, advierten investigadores de la revista Biodiversistas número 70:1-5
Pero también agregan que su estómago funciona como vejiga natatoria, con lo que pueden aumentar su flotabilidad para desplazarse rápidamente en el agua. Además, sus niveles de glucosa y lactato, los más altos entre los peces, les provee la energía necesaria para sostener el ritmo cardiaco en los periodos de hipoxia.
Como si eso no bastara, con sus bocas que parecen chupones pueden resistir a las corrientes que tengan los cuerpos de agua y sus ojos están capacitados para ver con poca luminosidad.
Finalmente, recomiendan a los habitantes que se quieren deshacer de las especies, ya sea por su tamaño u otras condiciones, que saque el pez y se congele, una vez que eso pase puede ser depositado como abono o fertilizante.
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