Las llantas quemadas estaban a punto de ser trasladadas a un destino final adecuado, según autoridades.
Miguel Cerna.- Las cientos de llantas que permanecían a la intemperie en un terreno de la calle Colón, a la altura de la curva en la localidad de Nextipac, fueron consumidas por las llamas, el pasado 26 de octubre.
El calor emanado de la combustión de las ruedas, alertó a los vecinos de la cuadra, pasada la 1:00 de la madrugada, quienes se percataron del incendio cuando el fuego ya superaba los tres metros de altura; aunque las autoridades no pudieron determinar la cantidad de llantas, el perímetro quemado fue de 10 por 30 metros.
Al lugar, acudieron cinco elementos de la Unidad de Protección Civil y Bomberos, quienes combatieron las llamas con la ayuda de un camión de bomberos, tarea que se prolongó por los 20 minutos de tardanza entre cada descarga, tiempo suficiente para que las llamas se reavivaran en zonas ya controladas.
A la labor de los tragahumo, se sumó la iniciativa de algunos vecinos, quienes conectaron una manguera a una de las viviendas aledañas.
Pese a que el tiradero ya había sido denunciado en reiteradas ocasiones a las autoridades municipales por los habitantes de la localidad, al considerarlo un foco de infecciones para la generación del dengue por permanecer descubierto, se hizo caso omiso a la petición de que fueran retiradas.
Al respecto, el director de Ecología, Diego Palmeros Suárez, aseguró que justamente se trabajaba en el trámite para darle un destino final a las llantas; sin embargo, la burocracia y la molestia de los vecinos, truncó el traslado.
“Obviamente fue provocado. No podemos decir que fue una acción necesaria porque al fin de cuantas el incendio de unas llantas detona la liberación de carbono negro que es dañino para la zona, aparte de en Nextipac tenemos el mayor índice de ese tipo de quemas”, declaró.
Afectaciones a la salud de los humanos, así como al medio ambiente por la liberación de los gases que componen el material, son algunas de las consecuencias provocadas por el incendio que se prolongó hasta entrada la mañana.
En tanto a la responsabilidad de darle un destino final adecuado a las llantas, Palmeros Suárez se lo atribuyó a las llanteras, aclaró que en el estado de Jalisco existe un problema por la falta de depósitos legales a dónde llevarlas, teniendo como única opción el vecino estado de Colima.
Anteriormente, Laguna publicó que el propietario del tiradero, David Olmedo Ramos, denunció que el depósito no solamente albergaba sus llantas, sino que otros llanteros también lo utilizaban sin su consentimiento.
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