Semana Santa era la fecha esperada por muchos que viven al día y ahora desconocen su destino económico ante medidas de prevención del COVID-19
Local en el mercado ubicado del malecón de Chapala
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Comerciantes del malecón de Chapala aseguran tener miedo por dos tipos de ratones: los de dos “patas” y los de cuatro. Frente a la ausencia de sus lugares de trabajo durante un mes, pidieron al Ayuntamiento garantías en seguridad pública con la finalidad de evitar robos en la zona, a su vez, vigilancia para evitar posibles daños a su mercancía que pudiesen hacer los roedores.
Los comerciantes mencionaron que en esos puestos está su patrimonio y muchos de ellos surtieron productos ante la llegada de la Semana Santa esperando la buena venta que caracteriza la fecha, sin embargo, la emergencia sanitaria cambió todo y, a pesar de que entienden la situación, quieren que les den garantías en la protección ante posibles saqueos.
Entre los comerciantes que piden protección por parte de seguridad pública está el comerciante Moisés Hermosillo, quien entre su puesto y el de su familiar, tiene un capital de más de 10 mil pesos, por lo que indica que los daños a su fuente de trabajo serían más graves que la prohibición de las ventas.
Por otra parte a Inés Pérez Martínez, una vendedora de artesanías, le preocupan los posibles saqueos pero también se dice en alerta por los daños que puedan originar los roedores, pues la gran cantidad de ratas que hay en la zona pueden afectar su mercancía y algunas son de un valor de hasta 3 mil pesos.
Aunque una parte de los comerciantes del malecón tiene un poco de recursos para “irla pasando estos 30 días”, también están improvisando para vender comida con servicio a domicilio durante esta emergencia y así tener un ingreso extra y no verse tan golpeados por las medidas.
Situaciones difíciles se pueden observar en casos como el de Don Cortés, un vendedor de helados que vive al día junto con su esposa que padece problemas de salud, lo único que tienen cierto es que “la boca sirve para comer”, pero el cómo van a conseguir el alimento para que llegue a la boca es incierto.
Para la vendedora de helados Rosa López, esto fue un golpe que no tenían previsto, pues ella durante los últimos tres años ha tenido gastos mayores por la muerte de sus familiares y ahora no tiene ahorros, por lo que su único plan es hablar con sus hijos -que no viven en Chapala- y saber si ellos la pueden apoyarla, pues tiene un hijo con discapacidad y ella cree que es conveniente cualquier ayuda.
Rosa López, vendedora de helados en el Malecón de Chapala.
Por si fuera poco Rosa tiene 67 años, es decir, está en el grupo de personas que son vulnerables y el apoyo de “65 y Más” es su ingreso seguro, pero no cree que será suficiente, pues durante los últimos años han bajado las ventas pues ante vendía hasta tres mil 500 pesos en un domingo -día de mayor afluencia- y ahora apenas vende mil 500 pesos.
Por otra parte, Luis se dedica a vender recuerdos fotográficos en el malecón, por lo que ahora no tendrá ingresos y deberá retirar cinco mil pesos del banco para amortiguar sus gastos en estos 30 días.
Don Luis, un vendedor de churros, cumplió 50 años de casado justo una semana antes de que el Gobierno de Jalisco indicara el #QuédateEnCasa; él no sabía nada sobre el coronavirus y realizó una fiesta con los ahorros de varios años y ahora se lamenta, “de haber sabido no hago la comida”, comenta mientras revisa su bolso donde había 70 pesos de la venta del día.
Algunos músicos estaban con la incertidumbre porque su posible fuente de trabajo sería cerrada, unos de ellos tienen pocos recursos guardados, no saben si eso les alcanzará para los 30 días pero dicen que buscarán las formas de salir adelante.
Por otra parte, Inés Pérez es integrante del pueblo Triqui radicado en Chapala, por lo que ella se dice preocupada por los artesanos que trabajan en la zona, pues la gran mayoría son adultos mayores, por lo que pide a las autoridades ver su situación y mantenerse alertas por posibles depresiones en los adultos mayores.
La incertidumbre entre los comerciante del Malecón de Chapala es grande, muchos dicen que no están impuestos a pedir o que les den, ellos desde hace años trabajan para llevar alimento a las bocas de sus familias, pero ahora no pueden trabajar y con esa limitante se dicen inseguros.
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