Entre tumbas y leyendas de Jocotepec
Por las noches, esta alma en pena sale a recorrer el camino. Su capillita colinda con el Panteón Municipal y es poco visitada.
Miguel Cerna.- Existen caminos en nuestro pueblo que se vuelven intransitables al caer la noche, y no porque exista una barrera física, sino más bien sobrenatural; con la oscuridad, criaturas que ya no son de este mundo, se manifiestan para buscar consuelo.
Es el caso de la calle del Ánima Sola, ubicada en la barda norte del Cementerio Municipal, y que en la época colonial sirvió de Camino Real para el transporte de mercancía y viajeros. Hasta la actualidad, la soledad sigue imperando por la falta de habitantes en esta ruta bordeada por frondosos y sombríos árboles.
En un pequeño y frío cuartito, adornado con flores empolvadas y velas extinguidas, reposa el Ánima Sola o Ánima Desesperada, imagen católica con la que se representa un alma en el purgatorio, que por los días es testigo del tránsito de los vivos; mientras que por las noches es ella quien recorre el camino en busca de consuelo o compañía.
Son pocos los jocotepenses que se animan a recorrer esta calle por las noches, sea por ignorancia o por valentía, pues siempre existe el riesgo de toparse con esta ánima solitaria. Según el testimonio de quienes la han visto, y que nunca han vuelto a cruzar por ahí, este espectro se manifiesta como una mujer vestida de blanco, cuyo vestido se funde con la palidez de su piel, dándole una apariencia transparente.
Cabizbaja, recorre el Anima Sola su calle apenas iluminada por las llamas de las veladoras que de vez en cuando algunos buenos cristianos llevan a su altar para ayudarla a llegar a su destino, acompañadas siempre de la oración que dice “ánimas benditas, que en el purgatorio estan, que de penas pasarán qué de tormentos tan crueles…”.
*Con información proporcionada por Diana Machuca, encargada del Archivo Municipal y coautora de la investigación titulada: “Entre Tumbas y Leyendas de Jocotepec”.
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