Punto Niza huele a corrupción
Santiago Baeza.
Punto Niza, el desarrollo inmobiliario ubicado en la zona oriental del cerro de Lourdes en Chapala, es una bomba de tiempo. Con dos órdenes de suspensión definitiva y básicamente todos sus vecinos en contra, este exclusivo (y excluyente) fraccionamiento privado sigue en construcción, con el sospechoso aval de la autoridad municipal.
Muchos son los problemas que los quejosos señalan sobre este proyecto que realiza la empresa Urbanizaciones 3H, propiedad de Eugenio Horn, de los cuales, por razones de espacio sólo hablaré del más grave.
Antes de ser modificado, el terreno en el que se desplanta la obra era atravesado por un arroyo de temporal, que hasta hace poco tiempo era propiedad pública, es decir, del ayuntamiento de Chapala. Sin embargo fue privatizado y literalmente mutilado.
Ese arroyo tenía básicamente dos usos. En temporada de secas servía como un conector peatonal para que los vecinos del barrio del Tepehua pudieran bajar directamente hacia la carretera. Hoy una inmensa barda de piedra les impide el paso y les manda un mensaje contundente: el actual gobierno local no está para defender los derechos de los más necesitados, sino para venderse a los intereses de los más ricos y poderosos.
En época de lluvias el amputado arroyo servía para darle cauce a los escurrimientos pluviales propios del temporal y así evitar inundaciones y daños a las construcciones ya existentes, en un terreno de por sí riesgoso, debido a que en esa zona se ubica una falla geológica y un río subterráneo de aguas termales.
Por si eso fuera poco, estudios de mecánica de suelos que los propios vecinos pagaron con sus recursos para presentarlos a manera de prueba en sus múltiples denuncias, demuestran que en su composición geológica predomina un material denominado arcilla expansiva, y como su nombre lo indica, se trata de un mineral que al humedecerse se expande, provocando movimientos en la tierra que someten a las construcciones a un mayor riesgo.
Deforestación, eliminación de arroyos y dragado de declives a varios metros de altura en esa delicada montaña cuya composición geológica reacciona a la humedad, representa una ecuación cuyo resultado implica la posible pérdida de millones de pesos y hasta vidas humanas. Aún así, la dirección de Planeación Urbana del ayuntamiento de Chapala otorgó el permiso correspondiente, hay que decirlo, en la pasada administración.
Sin embargo, la presente autoridad municipal se mantuvo en la misma posición, no sometió a revisión el proyecto y lo más sorprendente es que ha hecho caso omiso a las suspensiones judiciales promovidas por los afectados. Obvio, su actitud resulta por demás sospechosa.
Expertos en este tipo de temas y que además conocen a la perfección el asunto, coinciden en lo que ellos consideran un evidente caso de corrupción en el que estarían implicados, tanto la empresa constructora como el propio ayuntamiento de Chapala.
Ponen como ejemplo la negativa por parte del ayuntamiento, a facilitarles copia del proyecto ejecutivo que la empresa debió entregar al gobierno municipal como parte obligada del trámite para la obtención del permiso y que dicho sea de paso, se considera información pública.
De hecho, se sospecha de que el ingeniero Gilberto Chairez Muñoz, actual director de Planeación Urbana en Chapala, habría sido contratado por Urbanizaciones H3 para elaborar el proyecto ejecutivo. Debido a que su firma es la que aparentemente lo hace responsable, este probable “juez y parte” estaría incurriendo en un evidente conflicto de interés. Bien haría la autoridad municipal en hacer público el documento, si es que le interesa desmentir el rumor.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala