La mirada de los hermanos Moreno
La pintura por parte de Francisco Javier Moreno Ibarra y fotografía de Felipe de Jesús Moreno Ibarra.
Maria del Refugio Reynozo Medina.- La Casa de Cultura Jocotepec se pinta de colores. A las siete de la tarde, hora de la cita, hay ya cerca de cincuenta personas reunidas en el recinto para presenciar la pintura y fotografía de los hermanos Moreno. El escenario está preparado con luces y micrófonos, para los artistas del taller de guitarra a cargo del maestro Juan Aguilar, ocho jovencitos (niñas y niños) que también esta noche participan.
Ante los poco más de cincuenta espectadores que se logran reunir quince minutos antes de las ocho de la noche, Gabriel Noé Reynoso Hermosillo; Director de Arte, Cultura y Tradición de Jocotepec, realiza la inauguración del evento y los expositores hacen el corte de listón.
La pintura por parte de Francisco Javier Moreno Ibarra y fotografía de Felipe de Jesús Moreno Ibarra.
– Espero gocen verlas lo mismo que disfruto capturarlas-. Dice Felipe, mientras que Francisco Javier se dirige al público sin micrófono con un “gracias” y cede el espacio para la contemplación de las imágenes.
El grupo de guitarristas arranca con Cielito lindo, y los corazones se alegran al recorrido visual por las imágenes que brotan de los lienzos y el papel.
“Observo la vida, observo los rostros”.
La pintura de Francisco Javier Moreno Ybarra
Los muros blancos se decoran esta tarde con el óleo que dibuja la torre del templo del Señor del Monte, un paisaje campirano, un bodegón con coloridas manzanas. Ahí están los rostros de Juan Pablo Segundo, de la Gioconda. Lo mismo aparece un gallardo torero, el cuerpo musculoso de una meretriz, o Bonaparte montado en su blanco caballo. Las imágenes religiosas están presentes en esta colección de pintura, el Señor del monte y la Virgen de Guadalupe.
Para reunir esta serie de cuarenta y cinco piezas han sido necesarios cinco años de trabajo de Paco, quien comenzó a pintar con la asesoría de un compañero de trabajo cuando laboraba en el Banco. Su papá era saxofonista de la orquesta de música de San Cristóbal y en su contexto familiar había un interés por las manifestaciones artísticas. También trabajó en una ferretería y entre cliente y cliente pintaba. Primero hizo paisajes, luego pintó el Divino Rostro y siguió con Retrato.
Hacer un retrato de 20×30 dedicando todo el tiempo completo en ello, le lleva diez días.
Cuando trabaja gusta de hacerlo con música instrumental o clásica, los tres tenores son sus favoritos. En total, tiene en su haber trescientas obras, algunas pocas las ha vendido entre sus amigos y conocidos. La pintura que más le gusta es la que realizó del Señor del Monte, también la serie que hizo de los personajes del Chavo del ocho.
-La gente no valora y es difícil que compren un cuadro-, dice
Esta ocasión es la primera oportunidad que tiene de exhibir su trabajo en un lugar dedicado para ello.
“Me gustó como se veía la realidad a través de la lente”
La fotografía de Felipe de Jesús Moreno Ibarra.
Los oscuros muros de madera se tiñen del guinda profundo de un obelisco; el impecable blanco de una campanilla, aparece sobre la negra base de la mampara.
Los amaneceres tiñen de rojo las paredes del recinto. Hay paisajes citadinos y campiranos. Retratos de mujeres y pasajes de la vida religiosa.
La foto de un niño que acaricia amorosamente a un perro oscuro.
Son 37 fotografías de 6×8, entre ellas hay en blanco y negro, pero la mayoría son a color.
Felipe lleva veinte años capturando imágenes.
-El culpable fue otro de mis hermanos que cuando íbamos al cerro me dio a cargar una cámara-
Cuando miró a través de la lente, la realidad le maravilló y ahí comenzó el gusto.
Sólo tomó un taller de fotografía que alguna vez ofrecieron en la escuela preparatoria, fue en el año ochenta y cuatro, el curso estaba avanzado y cuando se enteró comenzó a asistir.
Le gusta mucho madrugar para capturar los amaneceres que ofrecen un espectáculo de colores.
-Así vaya diario y me pare en el mismo lugar, la realidad es distinta, es impresionante-
Para conseguir las imágenes hay que perseverar media hora, dos horas. Aunque la mayoría de fotografías que hoy se exponen son a color, le gusta mucho el blanco y negro porque piensa da a la imagen más dramatismo. A veces la gente no valora lo que implica fotografiar y no hay muchos clientes para comprar retratos. El costo de una fotografía de 12×15, es de 500 pesos.
Una de sus imágenes favoritas es “Amor Puro” que muestra a un niño afuera de una vivienda de adobe sobre el piso empedrado abrazando a un perro cual preciado juguete mientras el can se deja querer.
-Hace mucho vine a una exposición y el fotógrafo mostraba el cielo con colores morados y dije, este está loco-
Y luego se convenció que la vida real se pinta de todos colores.
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