El San Cris, “campeonísimo”
Germán Balmori con Germán Balmori hijo. Uno de los principales promotores del equipo San Cristóbal. Foto: Cortesía Diego Reynoso Aldrete.
María del Refugio Reynozo Medina.- “San Cristóbal es un pueblo amoroso”, dice Giovanni López, el futbolista colombiano que participó en el último partido de la temporada 2021 en la Ribera.
El 31 de octubre fue solo el episodio final de una serie de encuentros entre jugadores, patrocinadores y aficionados. La temporada 2020-2021 que inició hace más de seis meses, implicó encuentros entre las principales poblaciones de la Ribera (El Chante, El Tepehuaje, San Juan Cosalá, Jocotepec).
Con fecha del 31 de octubre se proyectó la gran final. Los únicos en llegar fueron el equipo Escombro de El Chante y el San Cristóbal de la localidad de San Cristóbal Zapotitlán. En el partido, las gargantas no dejaron de gritar hasta enronquecerse, ¡San Cris, San Cris! El balón fue el punto central hasta donde se dirigían las miradas, mientras apuraban tragos de la lata de cerveza. Los silbatazos de los árbitros resonaron en el campo verde y los cuerpos de los jugadores se desplazaron ligeros bajo el sol del mediodía.
En el último escalón de toda una temporada de meses de esfuerzo, los rojos del “San Cris” venían de derrotar a los Chapulines y a los Pumas de Jocotepec; también a El Nacional, de Nextipac y a El Nuevo Nacional del mismo lugar. El Júpiter, de la delegación de Nextipac, también vio su derrota frente al “San Cris”.
Con el grito de ¡goooool! y el bullicio de los aficionados, el equipo San Cristóbal se coronó campeón y recibió la brillante copa en medio de la cancha. También un premio económico de 12 mil pesos en un sobre.
Luego de abandonar la cancha de El Chante, emprendieron su retorno a San Cristóbal para participar en la celebración.
La llegada de los vehículos con los aficionados fue en medio de sonidos de claxon y gritos de júbilo por las calles principales. Las familias se agrupaban en las esquinas o afuera de su casa para ver pasar al contingente que se dirigió primero al panteón.
-El triunfo se lo dedicamos a Luis Gómez “El padrecito”-
Dijo uno de los organizadores emocionado; Luis falleció en noviembre del pasado año y fue un gran promotor, director y aficionado del fútbol.
El homenaje fue también para José Luis de la Luz, y su hijo del mismo nombre, ambos perdieron la vida en un accidente y fueron integrantes importantes y muy queridos por la comunidad futbolera.
Ya en penumbras, arribó la caravana al panteón encabezada por la banda de música tocando “Un puño de tierra”.
En vísperas del Día de Muertos, muchas de las tumbas lucen remozadas, con flores nuevas y lazos de papel picado. Sobre la tumba de Luis Gómez dejaron reposar unos minutos el trofeo, los asistentes cantaron con fervor en la tumba convertida en altar. Se despiden con “El muchacho alegre” y avanzaron a la tumba de los Luises, a quienes recuerda la afición como el catrín y el ruso, a los que les dedicaron otra canción.
La celebración se extendió hasta avanzada la noche en el salón a la orilla del Lago, donde se preparó una cena y más música.
El anfitrión fue Germán Balmori, quien además ha sido colaborador del equipo por muchos años. El sonido amenizado por Elías García convocó a los jugadores al escenario para lanzarles porras.
¡Venga Poke!, gritó uno de los asistentes, llamaron a Diego Reynoso, que jugó como defensa lateral derecha, Osmar Steven arquero Colombiano, Alonso Chavarría Bautista, Ángel Valdez, los colombianos Cristian Domínguez, Neiser Valverde, Sergio Andrés Acosta y Giovanni López, Jorge Navarro El mosquita, Abraham Ibarra y Oscar Cabañas.
Los asistentes inmortalizaron el triunfo con playeras rojas y blancas, en algunas, se leían los nombres de los homenajeados; ruso, catrín con la imagen del patrono Señor San Cristóbal.
-Yo quería darle el triunfo a mi equipo-
Dijo emocionado el Director Técnico, Isaías García Godoy, quien con once jugadores en escena y hora y media de partido conquistó la copa que los hizo campeones, luego del marcador final de 4-2 y un resultado global de temporada de 6-3. Con lo que “El Sancris”, en palabras de un aficionado, se colocó no solo como campeón sino campeonísimo.
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