GUADALUPE REYES
Pie de foto: Lago de Chapala. Foto: Héctor Ruíz
Por: Daniel Jiménez Carranza
Esta temporada de Guadalupe Reyes , implica múltiples manifestaciones: en lo personal, significa época de festejos, de convivencia familiar, de intercambio de regalos, de alegría; en lo comercial, una temporada ideal para recuperarse de las malas ventas que han padecido a lo largo del año los comerciantes, todo ello sin embargo, válido, en tanto no se llegue a la polarización de abusos y engaños al consumidor, que también ha sido afectado por la elevada tasa de inflación, encareciendo todos los productos, particularmente los alimentos y el combustible, y que con motivo de las celebraciones, a quienes afecta en mayor grado, es a la clase trabajadora, los asalariados que ven reducidas sus posibilidades de participar en estas .celebraciones.
Es el momento de evaluar las condiciones sociales, en donde nos encontramos involucrados todos, desde empresarios, considerados grandes consorcios, comerciantes medianos y pequeños, profesionistas independientes, empleados, y en el extremo opuesto, la gran masa trabajadora que constituye el mayor porcentaje poblacional, sujeta a un salario, con escasas posibilidades de incrementar sus ingresos.
Cuando observamos este factor, entendemos que existe un ofensivo desequilibrio en el volumen de ingresos de los grupos sociales, que debe ser compensado con mejores salarios para los trabajadores, que la clase empresarial, debe desarrollar una ética que les permita obtener un ingreso razonable, sin llegar a los excesos y exagerada anarquía en los precios que golpea fuertemente a los de menos ingresos, amén que todo ello, incide en un deterioro económico del país, como consecuencia de la inflación involucrada, ello implica una responsabilidad social en donde es necesario restaurar un equilibrio de convivencia sana, pues la época de enriquecimiento sin límites del pasado, está siendo rebasado por la extrema pobreza de todos esos grupos vulnerables contenidos dentro de las ataduras de sus fronteras, en donde finalmente se han desbordado, saltándolas hacia otros horizontes de bienestar que avizoran en países desarrollados, fenómeno que se ha venido reproduciendo en todas las latitudes del planeta, y que actualmente representa uno de los mayores retos para todos los países tanto emisores como receptores de este fenómeno.
Aquí, no se trata de criminalizar ni entronizar a ningún grupo, sino de desarrollar un consenso social, para encontrar un cauce que permita la sana y digna convivencia del individuo en sociedad, que le permita.
Que esta sea la tónica en el futuro!!!
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