El profesor destaca por ser un hombre comprometido con la educación y el activismo
Bernabé Robledo, actual encargado del CETAC Ajijic. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Por casi 30 años, el profesor Bernabé Robledo no sólo se ha encargado de educar jóvenes en las aulas, sino también a enseñarles a ser ciudadanos empáticos; además de ser un activista por la tierra en la que habita.
Bernabé nació en Ajijic. Hijo de agricultores y cursó la educación básica en la delegación, hasta el bachillerato, que estudió en el Centro de Estudios Tecnológicos en Aguas Continentales (CETAC 01) de Jocotepec. Posteriormente, hizo su ingeniería en alimentos, en el Tecnológico de Mazatlán, Sinaloa; además, cuenta con una maestría realizada en Ocotlán y un doctorado en Educación.
Tras haber ejercido su profesión en una empresa industrial de producción de alimentos, fue en 1996 cuando se decidió por la docencia; sus primeros pasos como profesor fueron en el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMAR) en Mazatlán.
Para el año 1996 se unió al CETAC Jocotepec, luego se convirtió en uno de los primeros integrantes del Instituto Mario Molina, cuando se encontraba en Chapala, además de haber sido profesor del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) del municipio.
Uno de sus logros y del cual habla como un padre hablaría de su hijo pródigo, es el CETAC Ajijic, extensión del plantel de Jocotepec, el cual gestionó Robledo, tocando puertas para adquirir el inmueble, así como donaciones para reparar la escuela que a su parecer estuvo al menos 15 años abandonada, y ha estado trabajando desde el 2019, y según sus palabras, ha sido conformado para satisfacer las necesidades del pueblo de Ajijic.
“Hay muchas escuelas privadas en Ajijic, pero ninguna pública y que satisfaga las necesidades vocacionales de la región. Ajijic es un poblado que cuenta con aproximadamente 12 mil mexicanos, y tiene un vocacionalmente turístico, por eso se pensó en esta oferta que venga a solucionar la necesidad, teniendo la capacidad de atender a un asentamiento de extranjeros y turistas, del nivel que tiene el pueblo”, comentó el profesor.
Además de seguir con la mejora del campus, el cual aseveró que puede tener potencial para ser de las escuelas más bellas, una de sus metas más importantes es consolidar el plantel en el lugar que se encuentra -el cual se entregó en comodato por la administración 2018-2021- y habló del crecimiento exponencial que se dio desde el inicio, teniendo en la actualidad 115 estudiantes y su primera generación a punto de egresar.
Bernabé Robledo comentó que, su gusto por enseñar en el nivel de bachillerato surgió por varias razones, siendo una de ellas como se acopla su carácter firme y duro a las necesidades que tienen los jóvenes en esta edad y que le facilita la comunicación con ellos, y a la nobleza que encuentra en este rango de edad.
“A esta edad, se está terminando de configurar al ciudadano, a punto de ser enviado a la sociedad. He encontrado satisfacciones, sobre todo en su nobleza. Por ejemplo, cuando estuvimos arreglando el patio del CETAC, uno de los jóvenes más vagos, ayudó y puso todo su esfuerzo en manejar el trompo de la mezcla. Le dio y le dio, hasta que cuando acabó, se cayó muy cansado al suelo. Eran un chavito de 16 o 17 años que se propuso ayudar, y gracias a él, como a los demás jóvenes, el CETAC ha avanzado en su mantenimiento”, aseguró.
Como se mencionó inicialmente, el profe Berna, como también es conocido, no sólo se dice comprometido con la educación, sino también con el activismo, en el que ha incursionado en múltiples ocasiones junto a sus alumnos.
“Soy un gran admirador de Paulo Freire, educador de América y comulgo con su filosofía de que el maestro por sí mismo ya es un transformador social. No encuentro ningún pleito entre activismo y docencia, no concibo que exista una sin la otra. Me canso, pero no me enfado, no trabajo por un sueldo, sino por un ideal. El que no lo sienta así, puede que no sea su vocación”, dijo firmemente.
Por otro lado, siempre ha prestado a sus alumnos a actividades culturales, ya que, su visión es que busca que los jóvenes se den cuenta de la cultura y la empatía, que se sientan orgullosos y amen estas enseñanzas, agregando que “somos ricos en cultura, no tenemos que envidiar a ninguna otra”.
Finalmente, dedicó unas palabras a los futuros maestros: en esta profesión no se van a hacer ricos y es algo que tienen que amar, ya que es una labor social que se debe a la comunidad.
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