Entre más conciencia haya sobre las diferencias de cada persona, habrá menos prejuicio en nuestra sociedad
Poco a poco ha aumentado la visibilidad de la comunidad LGBTTTIQ+ en San Juan Cosalá. Foto: Cortesía.
Alma Serrano.- En la población de San Juan Cosalá la visibilidad de la comunidad LGBTTTIQ+ es cada vez más común, dado a que comienza a normalizarse y a hablarse del tema, incluso, aparecen en lugares concurridos parejas del mismo sexo.
Aunque se piensa que son los jóvenes los que aceptan con más facilidad a los miembros de esta comunidad, y menos las personas mayores, son en realidad más aceptadas por las personas que pertenecen a alguna de estas clasificaciones.
Además de las personas con la virtud de la “flexibilidad” entendida como “mente abierta”, entre ellas, personas que leen, y que se han cuestionado a lo largo de su vida sobre situaciones consideradas incómodas y diferentes.
Aunque no se puede generalizar la información, debido a las pocas fuentes consultadas, se realizó una entrevista a al menos una persona de cada uno de estos grupos de la diversidad sexual.
Las personas mayormente juzgadas socialmente son las personas que se realizan una transición de género, es decir, transgénero, aumentando así la impresión “negativa” colectiva en diferentes contextos.
Ya que es considerado un rechazo de su naturaleza biológica y psíquica por parte de la persona que lo experimenta y existe menos empatía dirigida hacia estos grupos denominados “trans”.
Ya sea por su forma de ser, de vestirse o la fama que les atribuyen, son etiquetadas y automáticamente estigmatizadas. Por otro lado, las personas con una orientación heterosexual son quienes notan con facilidad las dificultades a las que se enfrentan estos grupos vulnerables y aunque algunos no tienen incomodidad en convivir y ser amigo de ellos, si lo tienen al darse cuenta de que no han logrado la aceptación, sino que rechazan la realidad.
La mayoría de estas personas ahora identificadas con preferencias sexuales ajenas a los principios primitivos, algunos tuvieron una infancia con libertad y otras no, es en la etapa de la secundaria cuando comenzaron sus baches en el camino.
“Por un lado, la falta de herramientas para afrontar una situación que influye en ti completamente y por el otro, la incertidumbre y el miedo por no tener en la mayoría de los casos un modelo de ser como lo dicta tu naturaleza ‘retorcida’ o ‘desviada’ como dicen”.
Por otro lado, los diferentes grupos de personas LGBTTTIQ+ han explotado y mostrado sus preferencias en redes sociales, y otras áreas sociales en las que se involucran. Tanto que personas que permanecían “en el closet” se liberaron a raíz de esta condición favorable.
Las muestras de amor entre parejas de esta diversidad son consideradas todavía por personas mayores como una ofensa, una maldad o en el menor de los casos, algo inapropiado.
Aunque existen muchas personas que se identifican con uno de los diversos grupos del orgullo, hay quienes no se identifican con ninguna y tampoco les preocupa el cómo son vistas. Esto puede causar un escándalo hablando sobre la moral porque antes sus ojos se están violando las leyes, sin embargo, es ambigua la forma de interpretarse a nivel social y personal influye ampliamente en las barreras que existen en la comunidad para desenvolverse.
Por lo que, desde un enfoque humanista, es un derecho de todos los seres humanos sentir plenitud, satisfacción y libertad de ser uno mismo y compartir su vida con quien lo deseen.
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