Un lugar para vivir, muy cerca de las estrellas
Rogelio Robledo Valencia y Andrea Hernández Saucedo, alumnos de la Escuela Preparatoria Regional de Jocotepec, ganadores del premio mundial de divulgación científica Infomatrix.
Texto y fotos: María del Refugio Reynozo Medina.
Rogelio Robledo Valencia y Andrea Hernández Saucedo, son los dos estudiantes de la Escuela Preparatoria Regional de Jocotepec de la Universidad de Guadalajara, que ganaron la medalla de Oro en la categoría de divulgación científica, en el Infomatrix mundial 2022 de la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (SOLACYT).
Rogelio tiene 18 años, es originario de San Pedro Tesistán y quiere ser maestro de primaria; le gusta transmitir sus saberes. Ama las tecnologías y la programación; entre sus lecturas favoritas están las de ciencia ficción. Viaje al centro de la tierra de Julio Verne es uno de sus títulos entrañables.
“Ante la grandeza del universo somos muy pequeños”.
Él al igual que su compañera Andrea, estudia y trabaja para contribuir en los gastos que implican sus estudios y necesidades personales. Los fines de semana disfruta visitando a sus abuelos.
Andrea tiene 17 años, originaria de Jocotepec. Su sueño es ser enfermera porque le gusta ayudar a las personas, y para ella, la enfermería es un camino extraordinario. Le apasiona conocer el funcionamiento del cuerpo humano, los temas de biología, antropología y desde luego, la ciencia.
“La ciencia siempre me ha llamado la atención. Es demasiado para la humanidad. En la vida cotidiana está envuelta la ciencia”, comentó.
De niña tenía un telescopio, recuerda los puntos brillantes y las constelaciones que aparecían a través del cristal, ¡eran maravillosas! Desde la secundaria pertenecía a un Club de Ciencias.
Con el proyecto Determinación de la zona habitable (estrellas, cometas y galaxias), los dos estudiantes representaron a la Preparatoria Jocotepec, y se trajeron, para orgullo de los jocotepequenses, un premio mundial. En el concurso enfrentaron a participantes de muchos países, como Bolivia, Ecuador, China, Rumania y Ucrania.
Esta es la primera vez que este evento se lleva a cabo en México, particularmente en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Durante 19 años se había celebrado en Rumania. Al triunfo en este concurso mundial, le antecedieron dos años de preparación y al menos cinco intentos anteriores, así como su victoria en un concurso nacional de Expo Ciencia, en el que ganaron una medalla de plata, la cual les dio la entrada al concurso mundial.
Contaron con el apoyo de Paulino García Ramírez, docente de Física, quien los acompañó y orientó en esta aventura. Él les hacía planteamientos para que ellos investigaran y consultaran en libros de física y astrofísica.
Para presentar el proyecto, Rogelio y Andrea utilizaron una caja rectangular pintada de negro, con cinco focos de colores de un mismo voltaje: rojo, amarillo, blanco, verde y azul, para explicar cómo las estrellas tienen distinta temperatura, la cual se mide por el color. Por ejemplo, las estrellas azules tienen más alta temperatura que las rojas.
La hipótesis principal de su investigación es que, de acuerdo a la determinación de las diversas temperaturas, se puede determinar una zona específica cerca de las estrellas que podría ser habitable por los seres humanos. De ahí la importancia de conocer el universo que nos envuelve.
Para estos jóvenes el cielo ofrece un espacio de fascinación, pues desde tiempos remotos nuestras culturas ancestrales utilizaron sus conocimientos sobre los astros para determinar la vida cotidiana. Lo apasionante es también entender que por cada suceso cotidiano, como la marea que sube y baja, hay una explicación científica.
“La ciencia nos envuelve”, dicen.
Los chicos aún recuerdan aquellos días: fueron el dos, cuatro y cinco de junio de 2022 cuando estuvieron en la ciudad de Guadalajara para presentar su proyecto y presenciar la participación de los demás.
El día de la premiación, el 7 de junio, en el auditorio de la Universidad Autónoma de Guadalajara, había una pantalla gigante sobre la que estaban depositadas todas las miradas. Las medallas iban desapareciendo al ser entregadas a los finalistas y Rogelio y Andrea observaban con tensión. Quedaban cuatro, tres, dos medallas y las posibilidades se reducían. No lo podían creer, cuando la última, la medalla de oro estaba siendo asignada a ellos: los estudiantes de la Preparatoria Regional de Jocotepec.
Sin alguna duda, pero al mismo tiempo con incredulidad, Rogelio y Andrea se pusieron de pie temblorosos, se colocaron un sombrero de Jalisco y abrazaron la bandera de México para subir al estrado a recibir el premio que colocó al municipio de Jocotepec en los reflectores.
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