México feminicida
En nuestro país 10 mujeres son asesinadas en promedio al día. En los casos violentos, solo una de cada cinco muertes se investiga como feminicidio. Foto: César Arellano
Por: Abigail A. Correa Cisneros
En el año 2021 se registraron mil 16 feminicidios en México, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; en el primer semestre de 2022, se han contabilizado 493 casos.
La autoridad ha hecho casi nada para disminuir estas cifras. Está claro que sólo tienen interés en contabilizar los asesinatos y no en evitarlos, a pesar de que las víctimas realizan denuncias por amenazas o agresiones.
Según datos del Gobierno Federal, en México 10 mujeres son asesinadas en promedio al día. En los casos violentos, solo una de cada cinco muertes se investiga como feminicidio.
Como ocurre con otros temas, los compromisos del gobierno en turno quedan sólo en papel, tal es el caso de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que se creó en 2007 y en la que el Estado Mexicano se comprometía a crear condiciones necesarias para que las mujeres, jóvenes y niñas pudieran desarrollarse en una vida libre de violencia.
El aumento de la violencia contra la mujer, reportado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, aumentó ocho por ciento en los últimos tres años, resultado de la negación de las autoridades para atender denuncias por agresión o amenazas, argumentando la falta de pruebas físicas. Hay huecos que resolver en estos casos, para evitar caer en difamación; sin embargo, es válido dar seguimiento a las acusaciones.
Es reprobable que cada año, conmemorando el Día de la Mujer, se desestime y repruebe a quienes se manifiestan exigiendo los derechos que les corresponden, calificándolas de “alborotadoras” y “neoliberales”.
¡¿Dónde están los resultados?! Dónde una agenda que en realidad se enfoque en una estrategia en contra de la violencia de género. El Programa integral para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que arrancó en diciembre pasado, sigue sin demostrar resultados.
México se señala a nivel global como un país donde la violencia contra las mujeres mantiene altos índices. Incluso la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), vigente desde hace más de cuatro décadas e instaurada por las Naciones Unidas, sugiere que en nuestro país faltan políticas en favor de la mujer.
La Cedaw pone en evidencia la violencia ejercida contra mujeres indígenas y del ámbito rural, y la ignorancia de jueces y demás operadores de la justicia. Aborda también la desigualdad en las condiciones de empleo de las mexicanas y la falta de datos puntuales sobre la situación de la mujer; reluce la necesidad de una efectiva garantía de sus derechos en México, los problemas de salud y derechos relacionados a su salud reproductiva; y finalmente, habla de todo lo relativo al derecho de la mujer a la participación política.
En México, la impunidad tiene harta a la sociedad. Las mujeres con pancartas de protesta y señalando culpables son removidas e ignoradas, aún cuando denuncian a sus agresores. María Elena Ríos, víctima de un ataque con ácido, protestó ante el gobernador Alejandro Murat e invitados, durante la Guelaguetza, por la falta de justicia ante la tentativa de la que fue víctima. Los policías estatales le quitaron la manta en la que se leía “Oaxaca feminicida” y la obligaron a retirarse. “La Guelaguetza sólo es una cortina de humo para disimular un estado perfecto, pero podrido por dentro, pues en su sexenio han sido asesinadas más de 600 oaxaqueñas”, recalcó.
En Jalisco, donde recientemente se investiga la muerte de Luz Raquel Padilla, la Fiscalía General de Justicia del Estado dejó entrever que fue ella misma quien se prendió fuego, pese a que hubo omisiones y negligencia en todos los órdenes de gobierno ante las denuncias públicas y formales, que la víctima hizo a tiempo, ante amenazas y acciones violentas en su contra.
El año pasado se registraron 70 feminicidios en Jalisco, colocándolo en segundo lugar en el país con más feminicidios, junto con Veracruz, y por debajo del Estado de México, quien ocupa el primer sitio, con 145 mujeres asesinadas por su género.
El número de feminicidios reportados en 2021 en Jalisco, aumentaron un 30 por ciento, con respecto al año 2020, cuando se tipificaron 54. Además, hubo 12 mil 620 mujeres víctimas de violencia familiar el año pasado en el estado, el equivalente a 34 diarias.
Ante estas cifras y los hechos recientes, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que “ni todas las medidas que pueda disponer el gobierno en cualquier nivel son suficientes, cuando hay la determinación de cometer un acto tan atroz”.
Sostuvo que las autoridades no tuvieron responsabilidad alguna en el caso de Luz Raquel Padilla, aunque la víctima estuviera protegida por la policía de Zapopan, puesto que previamente la fallecida había puesto una denuncia ante diversas autoridades del estado, por haber sido amenazada de muerte por un vecino.
Por otro lado, el esclarecimiento del asesinato de la joven Debanhi Escobar, en Nuevo León, sigue pendiente. Lo único claro fue el pésimo actuar de las autoridades, que para salir pronto del problema, inventaron pruebas. Hubo negligencia y omisiones desde que fue hallado el cuerpo.
DESDE EL CENTRO
Las exportaciones agroalimentarias de México registraron un aumento anual de 15.52 por ciento en el lapso enero-mayo, al sumar 21 mil 744 millones de dólares, con lo que mantienen una tendencia alcista desde 2009, destacó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Resaltó que las exportaciones agroalimentarias rompieron récord, al ser este el mayor monto desde 1993, de acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). En tanto, las importaciones agropecuarias y agroindustriales del país, totalizaron 17 mil 100 millones de dólares, en los primeros cinco meses del año, destacó la dependencia federal.
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