Actividad física para la tercera edad
Leticia Trejo es Profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por Leticia Trejo
Las personas con cualidades kinestésicas son aquellas que disfrutamos de movernos, que desde niños queremos saltar, correr, jugar, trepar y nos encantan todas las dinámicas que involucren los sentidos y el cuerpo: tocar, pintar, cantar, sembrar, etcétera.
En mi caso esto me llevó a dedicarme siempre a actividades deportivas y dancísticas, así como al medio de fitness y gimnasios. La conexión con mi cuerpo y sus múltiples sensaciones ha sido siempre natural y gracias a esto pude darme cuenta al cumplir 40 años que debía bajar el ritmo si quería seguir saludable, así que dejé de dar clases de spinning, de ritmos latinos y de cardio-fitness.
Esta decisión no fue tomada a la ligera; después de mis primeros seis años estudiando Yoga me di cuenta que tenía que soltar mi antigua forma de tratar a mi cuerpo y adquirir una que me preparara para llegar a mi tercera edad. Ahora que solo me faltan cuatro años para los 60 me doy una palmada en la espalda felicitándome por haber tomado esa decisión.
La actividad física en la tercera edad es complicada, se debe tomar en cuenta ciertos factores para que sea realmente eficiente y sanadora:
¿La persona fue físicamente activa durante la mayor parte de su vida?, ¿qué tipo de actividad o actividades practicaba?
¿Cuántas lesiones y/o cirugías ha acumulado a lo largo de su vida?
¿Cuáles enfermedades crónico degenerativas padece en la actualidad?
¿Nunca realizó actividad física? ¿lo hizo por periodos cortos sin constancia?
¿Escucha bien?, ¿ve bien?
¿Qué limitaciones de movimiento tiene? ¿se puede sentar y parar solo de una silla? ¿puede ir al piso y acostarse así cómo pararse sin ayuda?
¿Presenta alguna limitación cognitiva que le impida seguir instrucciones?
Leer todas estas preguntas puede darnos miedo, pero también ayudar a preguntarnos qué estamos haciendo en este momento para que las respuestas sean positivas: “siempre he practicado actividades físicas”, “no tengo lesiones”, “no padezco enfermedades crónico degenerativas”, “si, escucho bien”, “si, veo perfectamente”, “me puedo mover con facilidad sin que nadie me ayude”, “mi memoria y capacidad de escucha es buena”.
Nos hemos acostumbrado a que el deterioro se vea cómo algo normal creyendo que no tenemos la capacidad de retardarlo y detenerlo hasta donde sea posible. Lo único que me queda claro es que muy pocas personas podrán seguir jugando tenis o corriendo maratones cuando tengan 80 o 90 años; lo prudente sería pensar cuáles son las actividades adecuadas a mi edad y me ayuden a preservar mi independencia física y mental.
En primer lugar, te recomiendo actividades cerca de la naturaleza cómo el senderismo, en segundo lugar, están las actividades en el agua, caminar en una alberca, clases de aqua-aerobics, o nado suave. Pilates Reformer es una maravilla que vas a poder hacer hasta tus 90 años y más (revisa la página Balance Body Pilates). Y por supuesto Yoga, no solo la práctica física sino el estudio de su rica y vasta filosofía. Uno de los primeros consejos que di en esta columna fue: saca a pasear al perro tres veces al día, tengas o no tengas perro.
Deseo, querido lector, tanto para ti y tus seres queridos, una tercera edad libre y plena.
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