El CCA se consolidó gracias al movimiento de artistas del Pueblo Mágico
Vista hacia la plaza desde la calle Colón. Foto: Facebook.
Sofía Medeles.- Uno de los puntos culturales más importantes de la Ribera de Chapala es el Centro Cultural de Ajijic (CCA), donde no solo exponen los artistas, artesanos y demás creadores que el pueblo vio nacer, sino que existe un intercambio cultural internacional. Pero, este recinto pasó por muchas formas y funciones, antes de ser el edificio que hoy conocemos.
El predio perteneció a unas propietarias mayores de edad que tenían alrededor de 100 hectáreas de terrenos, desde Rancho del Oro hasta el centro de Ajijic. Aproximadamente en 1936 una parte de ese predio fue concesionado a la Comunidad Indígena de Axixic, ya que cerca de ahí se encontraba la casa comunal.
Es recordado por algunos como un corralón de animales que se escapaban, como burros, cerdos, gallinas y caballos, donde se cobraba para recogerlos, aunque el predio del CCA sólo se encontraba a un costado.
No fue hasta los años 70 cuando se convirtió en un mercado. Este duró muy pocos años en funcionamiento, entre tres y cuatro años. Después se tomó como salón de eventos, para bailes, tardeadas, etc., y pocos años después, se formó ahí mismo la Galería del Lago, que duró de 1975 a 1981, para después abandonar el sitio y cambiarse a varios recintos de Ajijic, dejando el lugar desocupado nuevamente.
A inicios de los noventas un movimiento de artistas, artesanos y creadores que se conocían desde las enseñanzas de Neill James, buscaban que la anterior Galería del Lago, se convirtiera en una Casa de la Cultura establecida, estructurando un proyecto que se le presentó, al que en esos entonces era presidente municipal, Raúl Robles Puga, quien hizo poco por la causa.
Los participantes del grupo estuvieron encabezados por Alejandro Martínez, Jesús López Vega y Dionicio Morales; en el movimiento estuvieron presentes Daniel Palma, Jesús Higuera “Katuza”, Manuel Medeles, Anselmo Ávalos, Ana Yañez, Rubén León, Juan Navarro, entre otros muchos más.
Fue en 1994, cuando se donó el espacio a Ajijic, y se propuso un comité, que tenía la obligación de acondicionar y mejorar el espacio, haciendo estas actividades bajo la dirección de los artistas que se encontraban peleando por la causa, los cuales eran todos voluntarios.
A inicios de los 2000 el grupo se reunió de nuevo para dar el siguiente paso y convertir la Casa de la Cultura, en el Centro Cultural de Ajijic, siendo el director Alejandro Martínez, el tesorero Rodolfo Rivera, el secretario Jesús Escamilla y los vocales Jesús López Vega, Dionicio Morales y Daniel Palma, junto a varios profesionistas, para diseñar lo que sería el nuevo centro cultural, con un auditorio, salas de exposición, salas de talleres, paredes y cúpulas para murales, y una cafetería para mantener los gastos del lugar.
Se le presentó el proyecto al presidente Arturo Gutiérrez Tejeda, quien lo propuso al programa SEDESOL 3×1, donde el gobierno federal, estatal y municipal participaría con el 75 por ciento del mantenimiento y el comité, donadores y el pueblo en general, pondrían el 25 por ciento restante. Así fue como hicieron varios eventos, rifas, kermeses y más, para lograr recaudar el poco más de millón y medio de pesos que se les solicitaba.
Todos sus esfuerzos se vieron consolidados en el 2005. Fue en agosto de ese año cuando el CCA se abrió, como lo conocemos hoy en día. Este 2022 el punto de cultura sigue funcionando, aunque con carencias que no se han podido solventar a lo largo de su historia.
A través de los años, los cambios tanto culturales y de población que ha tenido la delegación de Ajijic, han convertido el centro cultural en un punto donde hay un sinfín de disciplinas y nacionalidades plasmadas en las diferentes obras del lugar.
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