Misión irrenunciable
Foto: Archivo Laguna.
Por Daniel Jiménez Carranza.
La vida corre sobre rieles que en ocasiones se bifurcan, provocando confusiones y sorpresas ante la realidad que se nos presenta, inesperada, por no haber considerado esa posibilidad, sin embargo, el acontecer no se detiene, y nos vemos en la disyuntiva de continuar o desfallecer, ambas situaciones que se repiten a lo largo de la vida, y nos plantean reflexiones sobre nuestro propósito como seres humanos, como ciudadanos, como padres de familia, en donde el importante rol de nuestra subsistencia familiar y como país, nos plantea armarnos de valor y fuerza para seguir adelante, y emprender juntos la construcción del país que queremos para los nuestros, es de esta forma, como podemos afrontar los retos que se nos plantean, y también, de participar activamente en la construcción de nuevas alternativas, en donde podamos avizorar condiciones que permitan la continuidad del desarrollo de nuestro país, es así como podemos ver los acontecimientos políticos que se presentan, en donde se dan luchas y descalificaciones verbales entre el grupo gobernante y la oposición, cuyo interminable ataque entre uno y otro, no cesa, la crispación continúa sin que la oposición plantee alternativas políticas válidas, en donde fundamentalmente lo único que queda claramente es la lucha por el poder, por un lado, del actual régimen, que busca continuar con su Cuarta Transformación que ha iniciado desde su inicio, y por el otro, la pretensión de los añejos grupos políticos que han disfrutado las mieles del poder y sus prerrogativas, durante décadas, y que pretenden recuperar.
A este respecto, ambos grupos están imposibilitados de acceder al poder por su cuenta, pues para ello es menester la aprobación de la ciudadanía en las próximas elecciones presidenciales, y en este sentido, el elemento fundamental que decidirá sobre esta disyuntiva, será el voto del pueblo, que deberá realizar un balance sobre las condiciones en que se ha desarrollado el país en el actual y sexenios anteriores, sobre las condiciones en que las familias han evolucionado, así como los servicios públicos, educativos y de salud, todo ello, deberá ser ponderado para decidir qué grupo continuará gobernándonos, si es el que hemos tenido durante décadas con un sinfín de nefastos gobernantes que han utilizado al país como instrumento para cometer sus tropelías sin importar la condiciones y circunstancias en que vive su población, o por otro, la pretendida Cuarta Transformación que no acaba de materializarse, cuando aun existen condiciones que no se han superado, como es el tema de la inseguridad que aún continua agobiándonos, en donde la figura presidencial se ha magnificado, que sin embargo, también se ha instaurado el programa de apoyos a la población vulnerable, con lo cual se ha dado un paso firme hacia un problema medular, sobre unos recursos que otrora, representaban jugosas cantidades que incrementaban la fortuna de gobernantes y representantes populares; se ha logrado mantener un control de la economía, a través de la eliminación de consideraciones fiscales que disfrutaban grupos empresariales privados, lo que representaba un déficit considerable en los recursos del Estado, y que ha permitido el incremento de sus ingresos, evitando con ello, endeudamientos para todos los mexicanos, y hasta ahora, se ha logrado sacar adelante al país, a pesar calamidades como la pandemia, inflación y crisis energética, que han golpeado seriamente a otros países.
Estamos viviendo un cambio sustancial en donde el fiel de la balanza, se dará por la participación masiva de la población en los comicios, este es el momento en donde nos debemos constituir como auténticos árbitros del destino de nuestro país, fuera de manipulaciones electorales que antaño se compraban con tarjetas de soriana, o con dádivas de los candidatos y grupos que acostumbraban detentar el poder en su provecho.
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