Callos, juanetes y espolones óseos
Por Ili
Los callos son capas de piel engrosadas causadas por la repetitiva presión o fricción en un punto específico; generalmente son producidas por el calzado que no se ajusta bien. De igual forma puede presentarse en las manos, como les salen a los pescadores, granjeros y jardineros. Los callos en las manos previenen la formación de ampollas dolorosas. Sin embargo, las zonas afectadas pueden ser molestias que tienden a sangrar, más no son afecciones graves. Para evitarlos, utilice zapatos cómodos que le ajusten adecuadamente, guantes para proteger las manos durante las actividades que causen fricción, como la jardinería, el levantamiento de pesas, remar y barrer.
Un juanete se forma cuando el dedo gordo se desvía hacia el segundo dedo. Causando la aparición de una protuberancia en el borde externo del mismo. Dichos juanetes son más comunes en las mujeres que en los hombres y son de predisposición hereditaria. El uso de zapatos puntiagudos y tacón alto puede contribuir a su formación y la afección puede volverse dolorosa a medida que la protuberancia crece y empeora.
El dedo gordo puede llegar a girar en dirección hacia los otros dedos y se puede llegar a montarse sobre el segundo dedo. Para prevenir la aparición de un juanete o bien si ya lo tiene y desea evitar que se le haga más grande, use calzado con espacio amplio, de punta cuadrada o redonda para evitar la compresión innecesaria de los dedos. Esto a menudo puede resolver el problema y evita la necesidad de más tratamientos. Use plantillas de fieltro o gomaespuma para proteger el juanete o espaciadores interdigitales, para separar el primero y segundo dedos. Pruebe haciendo un agujero en un par de zapatos viejos y úselos en la casa. Si el juanete crece y le provoca dolor; la cirugía para realinear el dedo y eliminar la prominencia ósea (bunionectomía), sería la siguiente recomendación.
El espolón óseo (osteofito) en los pies es debido al crecimiento anormal óseo que surge como consecuencia del roce entre dos huesos y que progresa deteriorando el cartílago articular. Se produce como resultado de una carga soportada durante un largo periodo de tiempo, golpes, fracturas no tratadas, sobrepeso y estrés continuo. Suele afectar las rodillas, vértebras, pies, caderas y las manos. Interfieren con el funcionamiento normal de la articulación porque presionan los tejidos aledaños. Dicha presión provoca inflamación, dolor, contracturas, pérdida de movilidad, y deformidad articular. El dolor puede ser más intenso en las primeras horas de la mañana o después de cualquier periodo de descanso.
Lo recomendable es acudir con un profesional de salud competente para la revisión de los pies, manos o la articulación afectada. Siempre se ha dicho que la belleza cuesta, pero la belleza también se acaba; así que deje de lado la vanidad, puede verse bien y a la vez estar cómodo.
Opte por elegir estar a gusto antes que quedar deforme por andar entaconada o por usar botas puntiagudas en el empedrado, soportando el dolor de los dedos triturados.
Referencia bibliográfica
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