Estar presentes, aquí y ahora para estar saludables
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo.
Los budistas hablan de la atención plena para referirse a estar completamente presentes en los acontecimientos, personas, emociones, sentimientos, pensamientos y acciones, en el hinduismo se dice que los sabios no se dejan distraer ni por el pasado ni por el futuro, en el catolicismo nos invitan a practicar la contemplación, pero en realidad la versión más popular de este concepto la tuvo Eckhart Tolle (Escritor y guía espiritual de origen alemán) cuando escribió su libro El poder del ahora.
Pero todas estas formas de invitarnos a estar presentes no son conceptos o ideas, son prácticas activas, consistentes y permanentes que nos ayudan a entrenar a nuestra mente a la disminución de su agitación natural. Y cómo bien escribe Tolle pueden llevarnos al cese del sufrimiento, él mismo estaba pasando por un periodo de depresión y pensamientos suicidas cuando tuvo la revelación que lo llevó a escribir este libro.
Pero entonces, ¿cómo se está aquí y ahora?, ¿cómo mantengo una atención plena y cómo puedo apreciar y valorar la práctica de la contemplación? Y sobre todo: ¿qué tienen que ver estas prácticas con mi salud, bienestar y felicidad?
En esta entrega de un tema tan vasto voy a poner el ejemplo del sentido del gusto y el desarrollo del sexto sentido de la propiocepción o intracepción.
La atención plena se puede entrenar cuando vamos a llevarnos un alimento a la boca. Alguna vez mi dentista me explicó que muchos de los problemas digestivos que tenemos se deben a que no nos damos el tiempo de que los sentidos se involucren en el proceso de ingesta de los alimentos, tragamos rápidamente y sin prestar atención al proceso, incluso, estamos contestando correos o mensajes mientras “nos alimentamos”, si queremos que la alimentación se convierta en un proceso nutritivo eficiente debemos estar presentes en cada paso:
Detenernos a observar lo que vamos a llevarnos a la boca: colores, formas, texturas.
Antes de que el alimento entre a la cavidad bucal hay que olerlo unos segundos.
Una vez que entra a la boca debemos masticar entre 15 y 21 veces cada bocado, percibir todas las densidades, dimensiones, texturas y sabores además de dejar que vaya pasando poco a poco hacia la tráquea.
La postura al comer debe ser columna erguida y centrada.
Una vez que hemos terminado la masticación realizar una o dos respiraciones largas y continuar.
Me contaba mi dentista que este proceso de presencia al momento de comer puede disminuir o evitar el sobrepeso o episodios de gastritis, colitis, indigestión, ansiedad, tristeza y otros males que aquejan a la sociedad moderna, e incluso malformaciones en la mandíbula y alineación de los mastoides (porción de hueso que une a la mandíbula con el hueso temporal del cráneo).
Comer de prisa y sin poner atención no suma ni aporta beneficios, de verdad creo que nuestra comunidad se vería muy beneficiada si pudiéramos hacer más prácticas de estar aquí y ahora en cada actividad de nuestro día, sobre todo si decidimos disfrutar lo que hacemos para vivir, la atención plena nos puede ayudar a estar más saludables.
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