Santa Cruz de la Soledad reunió a cerca de cinco mil personas el último día del novenario
Bendición de las Cruces en la parroquia de San Francisco de Asís, Chapala. Foto: Gilberto Padilla.
Jazmín Stengel.- Regresó la fiesta por el Día de la Santa Cruz, el 3 de mayo a Chapala, en las delegaciones de Santa Cruz de la Soledad y San Antonio Tlayacapan, así como en la parroquia de San Francisco de Asís, en la cabecera municipal.
Además de las cruces que los albañiles tradicionalmente colocan sobre las obras que están construyendo como símbolo de protección para evitar accidentes, algunas familias del municipio montaron altares a la Santa Cruz o a la Virgen de la Soledad, a las afueras de su domicilio.
Las procesiones también estuvieron presentes durante el día, a las 08:00 horas en la cabecera municipal inició el recorrido por la avenida Francisco I. Madero, que terminó en la parroquia con una misa y bendición de cruces por parte del cura José Octavio Moreno Olivares; por la tarde se realizó otra procesión en la delegación de Santa Cruz de la Soledad.
En esta localidad, la procesión comenzó pasadas las 18:00 horas, sobre la calle Francisco Villa, entrada principal a la población y continuó entre las calles de la misma, hasta concluir en el templo de la Virgen de la Soledad, junto a la plaza principal.
Fueron menos de 50 personas y la banda de viento Loma Santa, originaria de la población, quienes acompañaron la imagen durante su recorrido religioso. No obstante, fueron cerca de cinco mil los asistentes que acudieron al baile del día principal del novenario, notificó el cuerpo de Bomberos y Protección Civil, destacando la gran cantidad de hijos ausentes que regresaron tres años después, tras la pandemia.
Durante la noche y hasta las 05:00 horas, se presentaron las agrupaciones Vaquero, Banda Coyote, Loma Santa y San Miguel, patrocinado por la familia Del Toro Morando, que también son hijos ausentes.
En la población de San Antonio Tlayacapan también hubo fiesta, allí fueron los vecinos del barrio la Purísima quienes cooperaron para realizar la cena-baile que ofrecieron a la población. La familia Aguayo estuvo a cargo de la organización, junto con otras personas que se “tomaron el día”.
El programa constó de mañanitas y desayuno por la mañana. Después de la eucaristía de la Santa Misa, se sirvió la cena popular y comenzó la fiesta con la Sonora Bombón. La entrega de ofrendas a la Santa Cruz y los múltiples fuegos pirotécnicos cerraron la noche.
Este año, además de verse las tradicionales cruces que los maestros de la obra colocan en lo alto de las construcciones como símbolo de protección para evitar accidentes en la misma. Se vieron también muchos altares frente a la casa familiar.
El sacerdote José Antonio Gutiérrez Castañeda le recordó a los presentes, que la Santa Cruz significa la salvación del pueblo: “proclama el gran amor que Dios nos dio, anuncia a qué precio fuimos rescadados, a precio de un justo”.
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