Síndrome de acumuladores compulsivos
El individuo requiere ayuda profesional, no se trata solo de un hábito de coleccionista o de excentricidad. Foto: eluniverso.com
Por Ili.
También conocido como el síndrome de Diógenes o trastorno de la acumulación, el síndrome de acumuladores compulsivos es el conjunto de signos y síntomas que afectan el comportamiento. Y estos representan un cuadro clínico caracterizado por la anormal necesidad de recolectar y guardar cosas.
Junto a ello, también existe la enorme dificultad para deshacerse de las mismas, bajo la creencia de necesitarlas después, al grado de que los objetos deseados, pueden ser considerados para los demás como inservibles.
El hecho de guardar objetos solo por ser desorganizados dista mucho de padecer los síntomas del síndrome de Diógenes. Las personas que lo padecen tienden más bien a acumular cosas como periódicos, libros, muebles, recuerdos, ropa, contenedores, fotos, bolsas de plástico, botellas, frascos, a tal grado de que el lugar en donde se vive se convierte en un lugar imposible de habitar. Y no solo porque están atiborrados de cosas, sino porque se junta la basura, en la cual eventualmente se crían plagas y es imposible diferenciar entre lo que es práctico guardar y lo que no se debe conservar. Interfiriendo así por completo con la vida de la persona y de quienes la comparten con esta.
Por lo general quienes son acumuladores compulsivos son personas que se encuentran y se sienten muy solas, son aquellas que, de igual forma, no han podido superar un evento traumático como la pérdida de un ser querido; similarmente son pacientes que han sufrido mucho rechazo y aquellas personas con depresión.
El afectado busca estar solo, rehúye de la sociedad, se olvida del cuidado básico de sí mismo, de la higiene personal y hasta de comer; se tornan agresivas y groseras frente a la preocupación de la gente que los conoce y más que nada optan por no salir de casa y de vivir voluntariamente en condiciones precarias.
Para poder tratar a estas personas es indispensable atender la patología psiquiátrica y a la vez atender los problemas físicos que haya junto con el síndrome, como la desnutrición y el deterioro higiénico en caso de presentarse.
Si sabe de algún familiar, amigo o conocido con características parecidas a las del síndrome de acumuladores compulsivos no lo ignore, más tampoco asuma que lo tiene. Lamentablemente este trastorno sirve de refugio para la verdadera raíz de un problema.
El individuo requiere ayuda profesional, no se trata solo de un hábito de coleccionista o de excentricidad.
Cuando una persona descuida su casa, su cuerpo y se entierra en cuanta basura y cachivache encuentra, se halla en un estado de realidad distorsionada. Así que, con la apropiada ayuda psiquiátrica, psicológica y médica, la persona debe confrontar su realidad para comprender la gravedad de su situación.
Experimentar soledad es difícil, aprender a manejar y sortear los estragos de la vida no es sencillo, pedir ayuda no es signo de debilidad. No se aferre a nada ni nadie; nada es eterno y nada al 100 por ciento le pertenece, la vida es prestada y todo es temporal. Aprenda a deshacerse de objetos que ya no utilice.
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