Salud y bienestar
Leticia Trejo. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo.- El viernes pasado tuve que dejar ir a mi Gorda, una perrita criolla color negro que iba a rescatar para dar en adopción, pero el Universo decidió otra cosa. Ella tenía 6 meses y ya había sufrido tanto que no se dejaba tocar por ninguna persona, si escuchaba la voz de un hombre mostraba sus dientes de forma agresiva y por eso decidí quedármela. Logramos su rehabilitación y me dio 9 hermosos años de juegos, sorpresas, lecciones y toneladas de amor.
Tanto en el hinduismo como en el budismo se puede aprender sobre los kleshas o causas de sufrimiento o los venenos que nos impiden la trascendencia y la liberación y uno de estos es el APEGO. Cuando nos apropiamos de algo y empezamos a catalogarlo como MÍO ahí empieza el sufrimiento ya que mostramos una gran ignorancia al creer que las cosas de este mundo son permanentes, y no, nada de lo que hay en este mundo es permanente: las cosas materiales, la riqueza, la felicidad, la alegría, la salud son efímeras, incluyendo la propia vida.
Hay personas que se hunden en abismos de dolor cuando pierden a un ser querido, o su trabajo o su riqueza o su estatus social, generando inestabilidad mental y emocional. Por supuesto que duele cuando algo sobre lo que hemos puesto tiempo, dinero, esfuerzo y energía termina, pero por eso existe el duelo y si estudiáramos sus etapas y su impacto en nuestra vida, al terminarlo podríamos retomar la experiencia de sentirnos vivos otra vez.
El desapego NO es amar menos, desprecio o maltrato a nosotros mismos ni a los demás. Es no preocuparse obsesivamente por poseer algo, es respetar los procesos en los que debemos dejar ir lo que ya no tiene solución, lo que no funciona, o lo que, en el afán de sostener, está generando sufrimiento a nuestro alrededor.
En Yoga se usa la representación de tres deidades que nos ayudan a entender el desapego:
Brahama, representa la creación, desde el nacimiento; un proyecto, formar una pareja, formar una familia, iniciar una empresa, construir una casa, entrar a trabajar en la empresa de tus sueños.
Visnú, representa el sostenimiento, una vez cimentada la creación todo lo que gira alrededor de su sostenimiento: tiempo, esfuerzo, energía y amor que se entrega al mismo.
Shiva, representa la disolución de la creación y su consiguiente sostenimiento y aquí es en donde entra la magia del desapego, el valor de dejar ir algo que amas, o que crees que necesitas para vivir porque su ciclo ya concluyó.
Si entendemos que el sostenimiento no es necedad, aferramiento u obsesión por conservar, podremos darnos cuenta cuando ya estamos perdiendo nuestra energía vital en esta acción o ya estamos sufriendo y haciendo sufrir a otros.
Entendamos que la disolución no es destrucción de algo que ya no se pudo sostener, sino la aceptación de que las personas, los objetos y las situaciones tienen un fin y que al desapegarnos estamos abriendo espacio, a lo que llegará como nueva experiencia de vida.
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