Hiperpermeabilidad intestinal
Imagen: idermumbert.com
Por Ili.
El intestino delgado es un órgano que forma parte del sistema digestivo y está recubierto en su interior por una sustancia mucosa, la cual alberga la microbiota e inmunoglobulinas del tipo A y estas forman parte de la flora intestinal normal.
En la hiperpermeablidad intestinal o en el síndrome del intestino irritable, existen alteraciones en la pared del intestino delgado, en la que existe una interrupción de la barrera mucosa, los enterocitos que son células tienen una unión defectuosa y también se presenta un infiltrado inflamatorio.
Todo esto permite que microrganismos y sustancias que viajan por el intestino atraviesen la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, en lugar de que continúen el curso normal de la digestión.
Provocándose cómo consecuencia un desequilibrio en la microflora y denominándose apropiadamente: disbiosis.
Los estragos que se manifiestan en el cuerpo al padecer esto son inflamación, alergias e intolerancias a alimentos que anteriormente no le causaban problemas y deficiencias nutricionales. De igual manera puede causar dolor de cabeza, diarrea, cansancio, dolor articular, dificultad para bajar de peso y la sensación de llenura o sentirse inflado.
Existen varios factores que aumentan la permeabilidad intestinal como el estrés, tener las defensas bajas, tomar antibióticos prolongadamente, dormir mal y seguir una dieta de alimentos altamente procesados.
El diagnóstico del síndrome del intestino hiperpermeable es difícil ya que los signos y síntomas previamente mencionados son comunes a otros problemas intestinales como la gastritis, las úlceras estomacales, la diabetes, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Crohn, por mencionar solo unos cuantos ejemplos.
Y también puede asociarse a otros padecimientos como la diabetes, la artritis reumatoide, la intolerancia al gluten e incluso al asma.
Como medidas de prevención se recomienda tratar de reducir el estrés con actividades recreativas como hacer ejercicio, meditar y dibujar; dormir lo suficiente y bien; tomar agua en lugar de bebidas azucaradas y carbonatadas.
Idealmente, también debe de seguir una dieta nutritiva y balanceada; se deben cocinar bien los alimentos, consumir más verduras y vegetales bien lavados y desinfectados pero crudos; así como cereales integrales, granos y tomar lactobacilos para que ayuden a la microflora intestinal.
Es recomendable también evitar el café, el alcohol, medicamentos como el paracetamol y la aspirina.
Si nota algunos de los síntomas anteriormente comentados, no dude en visitar a su doctor, este puede referirlo con algún gastroenterólogo y un nutriólogo, de ahí juntos pueden trabajar para mejorar tanto su estilo de vida como sus síntomas.
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